Que Senasa haya cerrado temporalmente el camal municipal ubicado en Punchana, ha traído como consecuencia que se esté sacrificando ganado en forma clandestina, con los consiguientes riesgos de insalubridad para la población.
Ante la imposibilidad de utilizar las instalaciones del camal, los miembros de la asociación de comerciantes de vísceras y matarifes, han tenido que habilitar un lugar en las afueras para que el ganado que viene en las embarcaciones fluviales sea ubicado bajo sombra, en espera para ser sacrificados.
Pero, los días están pasando y no hay cuándo se dé solución a este impase, lo que está propiciando que los matarifes decidan realizar la matanza en la vía pública, lo que iría en contra de la salud de la población.
Se debería haber hecho coordinaciones con todas las autoridades para hacer un camal alterno y luego proceder al cierre del camal de Punchana; el ministerio de Salud debe de intervenir para evitar males mayores, tales como la carbonosa, llamada comúnmente triquina, que ataca al ser humano principalmente al sistema nervioso.
Los camales clandestinos son de alto riesgo por no tener un control sanitario, la municipalidad provincial debe tomar medidas urgentes para salvaguardar la salud de la población, además de hacer las coordinaciones oportunas con el sector salud y Senasa.