LOS CONVENIDOS OPORTUNISTAS.

POR: JUAN SOREGUI VARGAS.

A inicio de los 90 del siglo próximo pasado, se desató una ola de protestas contra ciertas compañías petroleras que habían invertido buena cantidad de dinero para realizar proyectos de explotación de hidrocarburos de nuestra región. Salieron a los medios de comunicación con proyectos de crecimiento, al estilo del personaje bíblico de Abel, se rasgaron  las vestiduras y proclamaron: Ríos de sangre correrán antes que ingresen estas transnacionales imperialistas o haremos huelga de hambre hasta que se vayan estos explotadores.

 

Treinta años después, no se dio el crecimiento que ellos proclamaban, no corrieron ríos de sangre y parece que no hicieron huelga de hambre,  se les observa en las calles gordos, llenos de vida, mientras que los pobladores supuestamente defendidos ya han fallecido o viven mal, por falta de un buen ingreso monetario. Hoy, estos amigos seguidores del anacrónico pastor Abel, viven de las rentas que les proporcionan algunas instituciones internacionales para decir no al petróleo y a la minería. Incluso, como ocurre donde hay dinero, muchos de ellos son asesores de programas de conservación ambiental que muchas compañías como la Plus petrol y la Perenco, han establecido en sus planes de aprovechamiento del petróleo. Ahora ya vuelta dicen, es que se puede hacer industrias de este tipo conservando al ambiente, es decir, la misma naturaleza de los convenidos oportunistas.

 

Las señales de que se puede hacer una perfecta sinergia entre explotación petrolera limpia y con responsabilidad social se viene dando desde hace años, desde que la ciencia ha encontrado métodos para remediar o restaurar los ecosistemas impactados. Nosotros en varios artículos lo hemos fundamentado. Uno de estos signos de esta buena asociación es lo que se ha visto en la presentación de la compañía PERENCO de su futura explotación en varios millones de barriles de petróleo en el Napo; en la foto de presentación se observa al presidente del gobierno regional de Loreto, el que en varias oportunidades ha declarado su opción por una industria con respeto al ambiente,  al presidente del Instituto de Investigaciones de la Amazonía- IIAP y a otros científicos, acompañando a los empresarios petroleros lo cual confirma nuestra tesis de un respaldo de las principales autoridades promotoras y de investigación  a un proyecto económico con responsabilidad social y ambiental y, que estamos seguros serán severos guardianes de los compromisos con el entorno y las poblaciones del entorno. En este acto, con su silencio y con su actitud de no criticar a las autoridades, también, se han embarcado en el carro del desarrollo ecosistémico, los convenidos oportunistas.

 

Pero, el colmo del oportunismo de  estos amigos, algunos grandes personajes del mundo académico, es que se están embarcando en el carro de Dios y la madre naturaleza. Han salido por emisoras radiales a exponer que gracias a ellos y sus organizaciones han permitido que en ciertos cuerpos de agua, el pescado haya vuelto a abundar y existen peces de gran talla. Hace un año, decían en conferencias internacionales que no existían ya ejemplares de grandes tamaños, que un día se fue la cocinera de su casa a comprar en el mercado y no había ni chicos ni grandes. La gran hecatombe, explicaban a viva voz. Hoy, después, de esta bendición de la gran creciente que se da en nuestra Amazonía, salen a declarar que gracias a ellos y al manejo es que hay en el mercado de los pueblos abundancia de pescado de gran tamaño.

 

Si fuera eso cierto, me refiero al manejo, no estaríamos tan desabastecidos de peces de gran tamaño durante todo el año. Y, como podemos observar y palpar, las áreas naturales protegidas hasta ahora no son despensas de alimento para los de la metrópoli.

 

El ingeniero Salvador Tello, connotado investigador del IIAP y otros científicos de nuestras universidades vienen explicando desde hace años este fenómeno, que nosotros como vivientes de las zonas pesqueras hemos experimentado. En estas grandes crecientes, que se han dado a lo largo de todas las épocas, peces de diferentes especies son «botados» en mijanos  de las cochas centrales, y son de gran tamaño, ahogando a los «expertos» que dicen que ya se extinguieron los sábalos, gamitanas, palometas, etc.

 

La gente común y corriente de la ribera conoce que cuando hay uno de estos fenómenos especiales es porque va a haber abundancia de pescado de todo tipo y de todo tamaño. Es pues, el trabajo de papá lindo o de la madre naturaleza y de los mismos peces que tienen una capacidad de adaptación a los impactos negativos siempre presentes en nuestra vida.  Y, después de un tiempo prudencial de refugio en algún lugar sagrado, salen ya maduros, dejando su descendencia en crecimiento,  y dispuestos a la mesa del poblador. Pero aquí los oportunistas que hace un año dijeron no hay pescado, mi empleada no encontró en el mercado, se suben al carro de la naturaleza.

 

Datos de este tipo de fenómeno de abundancia de peces y pescado  y las grandes crecientes existen en diferentes centros académicos, pero más en la historia de los pueblos. Una de ellas es la que  ocurrió entre  1993 y 1994 en el puerto de Belén, en  que se vendía bandejas con  pescado a 50 centavos y lo que sobraba del día se botaba. Por eso, en vez de estar pensando en subirse al carro de la naturaleza es necesario impulsar el establecimiento de infraestructura moderna de transformación y de almacenamiento para el excedente de este recurso y definitivamente utilizar las modernas tecnologías para promover la piscicultura en cautividad que pueda sustituir a las épocas de escasez  y dar descanso a los cuerpos de agua, en la que se incluye un buen manejo,  para que en otra creciente proporcionen esta bendición para el poblador pobre.

Un comentario sobre “LOS CONVENIDOS OPORTUNISTAS.

  1. Parece que usted esta enamorado de alguien y no le corresponde… Deje su higado a un lado y razone con sobriedad, señor

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