Urgente: Centro Juvenil de Rehabilitación Social

«Se han puesto como diez primeras piedras y no han cumplido con la construcción del tan ansiado centro». Acaba de decir el actual presidente de la Corte Superior de Justicia de Loreto Dr. Aldo Atarama Lonzoy. Y dicha expresión no solo es una verdad absoluta y doliente, sino que a su vez muestra el inexistente interés de los diversos gobernantes de la siempre rica y esquilmada región Loreto.
A nadie le ha interesado implementar el centro de rehabilitación social de menores infractores por lo que aquellos que han cometido delitos (a veces muy graves), han sido trasladados a Lima o Pucallpa, desraizándolos de sus familiares. Aunque si de hablar crudamente se trata, habría que decir que a muchos familiares poco o nada les importa qué pueda pasar con ellos.
Muchos de los que infringen son hijos de la calle o los que no tuvieron la suerte de contar con personas sensatas a su lado para que los puedan ubicar en el carril de una vida difícil donde es necesario esforzarse para conseguir un medio de vida y desarrollo personal honesto. La mayoría de ellos se hacen solos, eligen el libre albedrío antes que aguantar líos familiares que los desgastan emocionalmente.
Justamente la fragilidad de sus años y la falta de una fortaleza espiritual debidamente construida que los prepare para enfrentarse a un mundo cada vez más voraz, es la que lleva a muchos a aceptar propuestas indecorosas a fin que puedan ganar dinero fácil, pese a que las mismas pueden llevarlos a pasar varios años en los centros de rehabilitación, que lamentablemente aún no existen en Loreto.
Y no existen porque muchas autoridades creen que los jóvenes por el hecho de salir de zonas marginales, son invisibles y merecen seguir ahí sin la oportunidad de una rehabilitación que les llegue a tiempo para sacar de lo más profundo de su alma, ese ser humano cuya esencia ni ellos mismos saben cuándo se esfumó. Hoy con un nuevo mandatario regional, se ha prometido impulsar el centro por la zona de la carretera Iquitos-Nauta. Un buen motivo para mostrar en todo su esplendor, que al nuevo gobernante sí le interesa velar por el futuro de todos los jóvenes de Loreto.
Un motivo extraordinario, diríamos.