Indemnización o Reparación

Las comunidades indígenas recientemente afectadas por el derrame de petróleo vienen reclamando no solamente la atención con agua segura debido a que el río Morona está gravemente afectado y por tanto no lo pueden utilizar para sus actividades cotidianas, hay otro tema y es el daño causado a sus sembríos y a las piscigranjas que se perdieron.
Entonces el tema de la indemnización recobra actualidad, frente a las otras indemnizaciones pendientes como el caso del derrame de petróleo que afectó Cuninico. Se conoce sigue en proceso judicial. Pero, qué va ocurrir con las cerca de 60 comunidades afectadas con el derrame último del crudo que señalan han perdido sus áreas productivas para su sobrevivencia y pequeños negocios. Serán reparados por el daño, y de qué forma.
Reclaman que nadie se ha pronunciado al respecto y mientras los días pasan, pasa también la euforia por atender sus primeras necesidades, y quizás como en anteriores eventos emergentes se vaya diluyendo al punto de volver a sentirse abandonados por el Estado que se ha beneficiado del recurso natural con cientos de millones y millones de dólares. Decir soles suena disminuido.
Los peruanos y peruanas tendríamos que ponernos una mano al pecho y pensar en nuestros compatriotas de estas zonas de donde se extrae el petróleo, y cómo esta actividad minera les ha beneficiado solo con paliativos, mas no con un desarrollo real, y menos de niveles de responsabilidad social, porque cuando se produce un derrame da la impresión que lo primero a lo que recurren es a minimizar el impacto, más no a sincerarla y combatirla rápidamente.
Este combate para recuperar el medio ambiente dañado pone su fijación en una parte de la naturaleza (en el río solamente) y no en lo que le circunda como las actividades agrarias, los animales y los habitantes de la jurisdicción afectada.
El plan de contingencia no es completo, porque no incluiría en el mediano y largo plazo de recuperación a las personas que habitan en el lugar. La acción solo es en un cortísimo plazo. Lo que se traduce de las demandas que llegan desde la zona afectada a través de sus protagonistas.
Y lo que es más patético, pareciera que estas comunidades están ubicadas en un mapa aparte de las jurisdicciones distritales y provinciales. Los primeros llamados en evaluar la situación político social y elevarlo a las otras instancias para sumarse al socorro por lo ocurrido. Pero, un sepulcral silencio de estas autoridades elegidas por el pueblo no hace más que confirmar un atisbo racista, mezquino e intolerable en una sociedad que se precia de democrática e inclusiva.
Una caricatura en un medio de comunicación de Lima graficó que los peruanos hacemos mucho daño a la población indígena que sufre estos avatares, y coloca figurativamente en las pistas gran cantidad de petróleo mientras los modernos autos tratan de pasar inútilmente. ‘Así les fregamos la vida´. Intentado mostrar el daño, que queda pulverizado frente al daño real ocasionado que es inmenso.