Perra vida o vida de Perro

A la inseguridad ciudadana, a un caótico transporte colectivo, a un desorden total en el tránsito de motocarros, se suma la presencia de perras y perros vagos que se han apoderado de la ciudad. Están dispersos por las calles en los cuatro distritos que conforman la ciudad.
Por donde pase el lector, se tropezará con un perro vago hurgando en las bolsas de basura con desperdicios comestibles, con otro lleno de llagas causadas por ácaros y, cómo no, con los excrementos de los mismos en las veredas y en las áreas verdes o jardines públicos.
Entonces si en cualquier parte están los perros vagos, es muy posible que sea víctima de un ataque de toda una jauría acostumbrada a ir tras un motociclista, haciéndole perder el equilibrio y caer rompiéndose una pierna o perder la vida de un severo golpe en la cabeza.
Muchos dirán que sus perros son mansos. Claro que son mansos, pero con  sus dueños, a quienes les reconocen como parte de la jauría, pero al extraño siempre le van a hostigar con ladridos y mordeduras. Lo que sucede es que la gente no tiene una cultura para la crianza de mascotas caninas. Las personas que tienen perros en su poder deberían responsabilizarse y asumir sus necesidades como curar sus enfermedades y proporcionarles su alimentación. Entonces, cuando no son asistidos salen a las calles y se convierten en vagos.
Se tendrían que implementarse las reglas respecto a la tenencia de animales, incluyendo el sacrificio de los mismos en extremos de ser un peligro para la salud pública. Como todo es demasiado flexible y permisible, es que hay una proliferación de canes en las calles.
Se hace necesaria una disposición municipal, aplicada bajo estricto cumplimiento para hacer,  primero, un plan de esterilización de las hembras y poner bajo custodia a los perros vagos en una perrera municipal. Notificar a los dueños también sobre la situación de sus mascotas y conminarles a asumir responsabilidades de crianza.
Esa responsabilidad significará además respeto para con la ciudad y los vecinos, así se evitará también que en la ciudad hayan excrementos de estos animales a los que los dueños sacan en tempranas horas de la mañana a la calle para que hagan sus necesidades. Deberían acompañarlos y recoger higiénicamente con una palita y colocar en una bolsita, evitando contaminar. Pero, sus dueños no han sido educados para llevar una tenencia de sus mascotas de forma responsable, para que estas no sean una molestia o un peligro para la sociedad. Urge un cambio de actitud.
Otro problema es que los perros transmiten enfermedades a los seres humanos, como puede ser el quiste hidatídico que se presenta en el hígado o las vísceras del humano.
En todo caso, esto debería ser preocupación de las municipalidades, la dirección regional de salud y del Colegio Médico Veterinario, que bien podría orientar a la población de cómo se cría un perro y las responsabilidades que eso conlleva en la familia y con la comunidad en general.