La tierra grita

Una fuerte segunda experiencia sísmica de los últimos años hemos sentido la gran mayoría de iquiteños y en otras ciudades de la región, cuando bien sabemos que no estamos acostumbrados a estos movimientos del suelo, y hemos crecido con la idea de que esta parte del territorio del país no es una zona sísmica.
En los últimos dos remezones del 2019 y esta del 2021, las zonas más afectadas han sido las provincias de Alto Amazonas y Datem del Marañón, siendo que en este de la madrugada del domingo 28 de noviembre se reportó que ha sido afectada la Catedral de Yurimaguas, el local municipal, el mercado, 3 viviendas de material noble. En Lagunas otras 3 viviendas fueron declaradas inhabitables.
Un punto importante es que en nuestra región no se han reportado daños a la vida, el cuerpo y la salud de las personas, claro que el susto ha sido grande y esto ha afectado a algunas personas en lo que respecta al sistema nervioso, aunque fuera de peligro.
Pensamos que estamos viviendo el llamado de la madre naturaleza, que la tierra grita por el mal trato que la estamos dando y se muestra mucha insensibilidad de parte de quienes toman las decisiones para cumplir con planes en materia ambiental.
Si bien se realizan cumbres mundiales por el cambio climático y los fenómenos naturales vienen sufriendo como un corto circuito y se aparecen en lugares donde no se presentaban como el sismo en esta parte de la Amazonía.
Entonces se toman acuerdos muy importantes para que los Estados las apliquen en sus naciones, pero son muchos factores que están contribuyendo a un comportamiento que va en contra de la naturaleza y sus efectos van más allá de la contaminación, y es que los fenómenos naturales como los sismos se estarían generando de los desórdenes en la obtención de riquezas del subsuelo.
A nosotros nos queda solidarizarnos con los damnificados sea de forma material o moralmente, además de mínimamente cumplir con las recomendaciones del sistema de Defensa Civil, como el tener en casa las “mochilas básicas”, y todos conocer los escapes de seguridad en nuestras casas, así como los puntos de seguridad en caso de sismos.