Estamos a pocos días de un evento mundial que celebra el amor de las progenitoras, de ellas que cuidan en su vientre por 9 meses a quien al salir será un ser humano dando lugar al milagro de la vida, que surge de la unión física del hombre y la mujer.
Es un tema muy emocionante, pero, hoy queremos referirnos a la madre naturaleza que los ancestros han creado para explicarse lo que a simple vista no tiene una respuesta, como que para el mundo indígena los ríos son las madres proveedoras de riquezas para la subsistencia.
Y una madre tiene vida, por lo que los ríos están vivos para satisfacer muchas necesidades de los pobladores amazónicos en general, como de quienes viven a orillas del río Marañón y sus afluentes, que están conectados física y espiritualmente con una infinidad de historias.
El río Marañón está vivo, tiene derechos para su protección y que no siga siendo contaminado por los descuidos de la actividad petrolera y otras causas. Las mujeres lo sienten más, porque tienen que asegurar a sus hijos las riquezas alimentarias, de agua y la relación del río con el bosque para la producción de más riquezas naturales.
Es el reclamo de la federación de mujeres Huaynakana Kamatahuara Kana, que lograron una sentencia histórica en un juzgado de Loreto Nauta, que declaró al río Marañón, como sujeto de derechos. Esta sentencia ha sido apelada por entidades como ciertos ministerios que también deberían protegerlo, pero, no, son contrarios. Por eso invocamos a los espíritus del bosque, a las aguas, a la Yacu Mama, a la base legal y la razón, sean la fuerza unida, para que el Río Marañón siga teniendo el derecho a seguir, vivo.
La madre
