Aguaceros

Cada vez la situación del clima nos hace recordar que además de un tema cíclico como la variación del cauce de las aguas de los ríos, cada cierto número de décadas, existe y es un hecho el cambio climático que venimos experimentando en Loreto, el país y el mundo.
Hace unos veinte años en uno de los auditorios del IIAPP un científico de esa entidad explicaba los cambios que venían ocurriendo en África respecto a las inundaciones volátiles, si le podemos poner un nombre, es que venía la lluvia o aguacero y de un momento a otro se inundaba todo un pueblo.
En las imágenes de vídeo se podía constatar cómo los pobladores sin cargar nada de sus pertenencias más que ellos mismos, hijos pequeños, abuelitos y mascotas corrían lo más rápido hacia las zonas de altura, hasta que pase la “inundación”, que se estaba volviendo costumbre ese nuevo fenómeno natural.
Lo que ocurría, es lo que podemos recordar, es que era una zona deforestada, con escasos números de árboles que también cumplen la función de retener, drenar las aguas para su función con los vegetales, entonces ante la falta de esa contención o especie de represa natural un simple aguacero abundante los ponía en situación de afectados.
Esto podría ocurrir también en nuestra región donde la tala indiscriminada de árboles parece incontrolable, aunque también existen otras alertas producto de la falta de criterio, disciplina, de sentido común, y de prevención por parte de los habitantes tanto de la zona urbana como rural, es la invasión de espacios que le pertenecen a los ríos.
Se ven rostros alegres cuando hablan de que se le está ganando terreno al río desde las orillas, o que en verano se invaden terrenos que en el invierno se inundan y estamos con la exigencia del levantamiento de rasantes, como ya está ocurriendo y hasta se pavimentan.
Esto es un riesgo, porque la furia de la naturaleza se puede presentar en cualquier etapa, como con otras o similares características de nuestro territorio vienen ocurriendo en diferentes lugares del planeta, sólo para poner un ejemplo que en estos momentos al sur del Brasil las inundaciones en zonas urbanizadas vienen ocasionando destrozos y pérdidas de vidas.
Nuestros antepasados, sabios de la experiencia de vida, jamás se les ocurrió el tema de rellenos, lo que hicieron es vivir con casas balsas y durante el verano estar en tierra firme, algo así como pasa en la zona baja de Belén, donde la tierra no es firme. Claro que la tecnología puede ayudar mucho, pero tenemos que estar prevenidos cuando la naturaleza parece reclamar su espacio perdido.

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