De nunca acabar

En anteriores editoriales anotábamos que la problemática de la educación en nuestra región era un caso muy especial, que debería hasta tener un calendario muy aparte del resto del país, porque nuestra realidad es totalmente distinta a los demás pueblos del país.
Con esto del concurso de nombramientos, los maestros de los pueblos alejados están abandonando sus centros escolares para venir a Iquitos para hacer sus papeles, concursar y ver si van a ser nombrados o contratados.
Un problema  de nunca acabar esto de la educación, donde cada uno de los involucrados tiene su cruz, maestros, padres de familia y alumnos. Estos últimos los más afectados en  todo este embrollo promovido por el Ministerio de Educación.
A eso hay que agregar la amenaza del Sute Loreto de ir a un paro como protesta por todos estos problemas que tienen que sortear los maestros de la Amazonía Peruana, lo que a nuestro entender sería como echar más leña al fuego.
Aquí lo único que queda, lo dijimos anteriormente, es que el Ministerio de Educación acepte de una vez por todas que sea nuestra gente, nuestros maestros especializados, los del más alto nivel, conocedores de nuestra realidad, con experiencia en educación rural, expertos en una concepción de lo que debería ser la educación para nuestros niños y jóvenes, quienes realicen el plan curricular para el nivel primario, especialmente, porque lo que los especialistas de Lima recomiendan, diseñan y plantean en el currículo no es lo que nuestros niños merecen, ser educados alejados de su realidad ambiental, de sus valores y su cultura.
Otra vez, los centros escolares están como si una epidemia les hubiera obligado a abandonarlos. Las aulas vacías, sin el bullicio de una niñez que debe formarse con buenas bases, con una sólida enseñanza de sus maestros y el refuerzo de la educación de la casa.
No tenemos una cifra de lo que el Estado invierte en la educación de cada uno de nuestros niños, pero imaginamos que debe ser una nimiedad intrascendente, mientras que en las provincias de Lima da un aporte superior a los dos mil soles al año por alumno y eso es insuficiente, según los entendidos en este tema.
Así como vamos, va  a ser difícil superar el estado en que nos encontramos porque cada vez estamos bajando más del nivel aceptable. No sabemos hasta cuándo el gobierno entenderá que la educación no es un gasto, sino una inversión para el futuro del país.
Para superar todo esto, lo que tendría que tomar en cuenta el gobernador regional, es a conocidos maestros que pueden aportar grandes ideas para reformar la educación en la selva peruana. No desperdiciemos sus valiosos conocimientos, convoquémoslos y salvemos de la ignorancia a nuestros educandos.