Apadrinar estudios

Las realidades de los jóvenes varían no solamente de ciudad en ciudad en el país, sino en espacios tan cerrados como nuestra ciudad de Iquitos, por ejemplo, y podemos observar que las desesperanzas de muchos de ellos se recrudecen cuando se acercan a institutos y diversos centros de estudios a pedir información sobre las carreras y los costos.
Las ganas de estudiar existen, pero aunque a muchos no les gusta escuchar la realidad, el dinero, el presupuesto destinado al estudio escasea, y muchas veces ha desaparecido totalmente del plan de vida de miles de adolescentes y jovencitos que salen de los colegios, y los vemos desperdiciando el tiempo en cualquier cosa, hasta verse comprometidos en actividades delictivas.
En ese contexto, el esfuerzo que hacen algunas municipalidades por llegar a esta población carente de oportunidades de estudios, es digna de aplaudir, porque están cumpliendo con sus funciones en el marco de la proyección social institucional, y su razón de ser al servicio de la comunidad que los eligió.
Pero, es tan dura la realidad que muchos aun con rebajas en los costos de los estudios técnicos, no pueden acceder. Y estando en medio de esta situación de sentir impotencia surgen algunas ideas que podrían impulsar a nuestros jóvenes al estudio y no a la delincuencia. Y nos preguntamos por qué no apadrinar estudios. Por qué no costear los estudios a un joven o señorita. Por qué no asumir un compromiso de esta naturaleza social, «sacrificando» tal vez lo que se podría gastar un fin de semana en ciertas actividades que no son vitales.
Esta práctica de apadrinar estudios, no es nueva, se da desde hace mucho tiempo por iniciativa de ciertas personas adineradas, aunque faltan muchísimos más que se sumen a este tipo de cruzadas que no son necesarias publicarlas. Tampoco tenemos que ser millonarios para aportar, recién. Hablamos del pago de mensualidades (con tarifas bajas), y materiales para quienes realmente quieren estudiar.
Así la institución logra que los costos de las mensualidades de carreras técnicas bajen, con convenios con institutos, y los ciudadanos conscientes de su rol social apadrinan estudios, para impulsar a quienes se encuentran en extrema pobreza.