Adolescentes rehabilitados

El período de transición entre la infancia y la adultez es crítico. Es el momento en que se define la personalidad del individuo. Es cuando afloran las conductas sociales y se inicia la que marcará la vida del individuo. Ninguna es igual a otra.
La adolescencia es ese momento clave en la formación de la identidad, la que por influencia de malos amigos, puede desviarse hacia el mal vivir, adoptando hábitos de gente que vive al margen de la ley que lo separa de la sociedad.
Muchos jóvenes en nuestro entorno han equivocado el camino mostrando conductas  reñidas con los valores morales y las buenas  costumbres, que deberían ser los pilares en su formación de persona psicosocialmente sana y madura.
El conflicto se inicia cuando se enfrentan a la disciplina familiar, lo que les lleva a estados temperamentales y es ahí  cuando más se acentúan las debilidades, al no tener bases sólidas de formación.
Es así que surgen en las calles, los muchachos que ven en el delito la fuente para vivir sin trabajar, sin responsabilidades ni obligaciones.
Ante eso, el Estado no puede cerrar los ojos, por lo que acude a socorrer al joven equivocado, al que en sus inicios de libertino aún puede rescatar y reinsertarle en la sociedad, formándole como un hombre de bien.
Así tenemos que en nuestro medio la Corte Superior de Justicia de Loreto, cuenta con el Servicio de Orientación al Adolescente en ayuda de jóvenes de ambos sexos que están con problemas de conducta, dándoles oportunidad de abrirles las puertas a una vida mejor con una actividad que les lleve a su realización personal.
Este servicio, dirigido a jóvenes sentenciados con una medida Socioeducativa No Privativa de la Libertad, es un programa para lograr su desarrollo y su autoafirmación personal, con lo que hará posible su desempeño útil en la colectividad que hace de Iquitos nuestra casa grande, donde debemos compartir la vida con alegría y en paz.