La gran paradoja de la Amazonía siempre será su hermosa extensión verde abrazada a los ríos, que sirve para apreciarla y maravillarse con ella desde lo alto, saber que es el pulmón del mundo y la reserva nacional de un medio ambiente saludable.
Así también, ser conscientes que debido a esa inmensidad, a su extensión y distancia del resto del Perú. En los pueblos fronterizos peruanos no hay presencia del Estado. Quienes viven en esas alejadas latitudes se aprovisionan de los productos básicos de pan llevar y cosas para el hogar, de pueblos mayores de Colombia. Productos peruanos no existen y la moneda nacional no tiene valor en esta parte del Perú, en la actualidad viene funcionando una Agencia del Banco de la Nación en Soplín Vargas, donde los maestros, policías y demás servidores públicos realizan cobros de sus haberes, eso no es suficiente porque tienen que realizar el cambio de moneda nacional por el peso colombiano con la finalidad de poder adquirir alimentos y demás artículos para sus hogares, es ahí donde tienen mayores problemas los peruanos, debido al Paro Armado de las FARC y el Paro Agrario de Campesinos en la hermana república colombiana; entonces, los moradores no pueden acceder a los alimentos que compran a comerciantes extranjeros, porque el tránsito fluvial se cierra, nadie pasa.
La vida en el alto Putumayo es difícil. Los internados de Soplín Vargas y Tres Fronteras ubicados en el distrito de Teniente Manuel Clavero, están desesperados porque no tienen alimentos debido al problema que viene suscitando en nuestro país vecino, estos internados albergan a niños, adolescentes y jóvenes de las diferentes comunidades de escasos recursos económicos durante la etapa escolar brindando el servicio de alimentación y albergue, en algunos casos con materiales educativos y prendas de vestir, es por ello que piden la pronta atención, de esta manera continuar con sus estudios, de lo contrario podrían perder en año lectivo debido a la falta de alimentos. La situación es preocupante, por lo que las autoridades de Loreto deberían poner en acción un puente aéreo lo más pronto posible, llevando alimentos para nuestros hermanos que de uno u otra manera son hitos permanentes en las tres fronteras de la patria.
Los artículos básicos para el menú diario ya no tienen, combustible para sus embarcaciones fluviales, tampoco, lo que hace que esas comunidades estén totalmente aisladas. Mientras duren las negociaciones de paz entre el gobierno colombiano y las FARC que se sabe no son de un día para otro, nuestros connacionales van a tener que pasar hambre si es que no se les socorre con una inmediata acción cívica. Sabido es que los productos peruanos que salen desde Iquitos solo llegan hasta El Estrecho en el Putumayo, pero de ahí hasta el alto Putumayo ya no porque la distancia es enorme, lo que debemos darles la debida importancia a nuestros estudiantes en esta línea de frontera. Una acción cívica puede ser nada en comparación al inmenso olvido del Estado en la frontera, pero basta ver la sonrisa de los niños, el patriotismo de cada morador de la zona para saber que fue un día especial y que el gobierno debe trabajar para que esos días de apoyo inmediato concluyan dando pase a un desarrollo sostenido para todos ellos, un desarrollo que los lleve a vivir con dignidad y capacidad a través de un trabajo que les genere mejor capacidad económica para sus hogares.
¿quién dijo que había paro armado de las FARC? Por favor, ilústrense antes de opinar. Para eso sirve la Internet.