EN EL DÍA DE LA RAZA. EL RACISMO A LA INVERSA.

POR: JUAN SOREGUI VARGAS.

 

Existe una creencia generalizada que el racismo o discriminación racial solo procede de los blancos y mestizos contra  los negros,  cholos o indios. Esto no es cierto, existe, quizá el más peligroso signo de discriminación racial a la inversa. Estuvimos observando varios documentales sobre el racismo que tienen ciertos clanes de personas de la raza negra en algunos estados de los Estados Unidos de Norteamérica. No son filmes de hace años. Son recientes, en que los blancos, mestizos o los que no pertenecen a la raza negra son discriminados  disimuladamente o de manera violenta. Muchas veces estos actos de discriminación racial ocurre por resentimientos, para ocultar negocios nada claros,  por cuestión genética o como dice Desmond Morris, porque en los clanes no pueden ser aceptados sino los de la raza pura o los que tienen los mismos intereses. Este concepto atribuido a los nazis,  es  de muchas razas, incluidas nuestras etnias amazónicas. Es posible que los actos de violencia ocurridos contra grupos de ciudadanos mestizos y blancos en el interior de nuestra selva, de los que se atrevieron  a cruzar territorios indígenas, a veces con fines de investigación social o científica o médica hayan terminado muertos o paleados,  por las cuestiones antes indicadas.

Es mi punto de vista, hasta que todos comprendamos nuestras leyes nacionales, es peligroso  otorgar en propiedad inmensos kilómetros de territorio, donde posiblemente los que no pertenecemos a las etnias dueñas no vamos a poder circular sin ser atacados.  Miren, supongamos que yo y algunos amigos quisiéramos pasear haciendo  turismo de aventura por un sitio donde no hay mojones que digan este terreno es de tal o cual etnia;      estoy seguro que ni bien pasemos un kilómetro somos hombres muertos y robados, y la justicia dirá a los deudos, para qué se internaron ahí,  es decir estaríamos siendo discriminados en nuestra propia patria.

Hace dos años, estuve comiendo un menú en el mercado central y escuché algo sobre la discriminación racial a dos maestros,  y aunque no soy periodista, traté de hacer un periodismo de investigación: conversé con dos profesores mestizos que desempeñaban las funciones de profesores bilingües por un caserío del Putumayo. Ellos ya no querían volver a esa zona, porque eran totalmente discriminados por los profesores indígenas y la población, a pesar de tener varios años de servicio, no les daban alimentos, les mezquinaban hasta lo más elemental, incluso no les dejaban enseñar con facilidad.  Las expresiones de hace días del presidente del congreso peruano, Víctor Isla, son el primer paso de reconciliación entre los buenos peruanos, reconocer que sí se ha afectado a las antiguas tribus y pedir perdón es algo digno de apoyar.  Este acto de contrición y arrepentimiento del congresista yurimagüino,  en la que nosotros los descendientes no tenemos la culpa,    debe ir acompañado de cosas materiales y beneficios tributarios sin ser exagerados y que no nos perjudiquen ni a los que vendrán, enmarcados en la constitución peruana y las leyes que debe regir para todos; es decir, una medida justa para todos. Eso es lo que se hizo en Estados Unidos de Norteamérica, se pidió perdón,  se les dio reservaciones pero no exageradas a los indios afectados por los antiguos vivientes, se les dio facilidades para capacitarse y educar a los talentos, se les dio cierta libertad tributaria para organizar empresas, de tal manera que en la actualidad existen corporaciones nacionales y transnacionales dirigidas por indígenas o mestizos, que están en el campo de la minería, del petróleo, de la educación,  de las construcciones y algo que manejan muy bien: las casas de juegos o casinos, en donde hasta el 2010 han reportado ganancias tres veces más que los de Las Vegas. Indígenas sabios, que se han adaptado correctamente al mundo globalizado que viene con todo. Y, en sus espacios de empresas entran todos, blancos, amarillos, rojos,  negros, por supuesto, siempre que tengan dinero para gastar. Este es el ejemplo que deben seguir nuestros indígenas, y no decir no a las inversiones. Capacitarles de tal manera que entiendan lo que se viene con el crecimiento económico, informarles bien para que no se dejen lavar el cerebro por gente que quiere ver a Loreto y al Perú de nuevo en la edad de piedra. Trabajar todos  juntos, bien informados, indígenas, mestizos, negros, blancos, con programas de desarrollo de largo alcance con respeto al ambiente, justicia social y utilizando las miles de tecnologías para hacer el crecimiento en armonía con el entorno y sin racismo de ninguna clase. Un buen ejemplo de no discriminación en Iquitos, es lo que hacen los administradores y trabajadores del Complejo  Centenario de Iquitos en la zona de Anita Cabrera, donde ingresan blancos de toda nacionalidad, negros, mestizos, chinos, indígenas, pobres y ricos, es decir gente de todas las sangres. Utilizan la piscina, los campos de fútbol, visitan las piscigranjas, los cultivos.  Con respecto a los indígenas norteamericanos, todos hasta ahora reciben un cheque, como un sueldo, pero cada uno hace lo que quiere con su plata. Hay algunos que han sabido aprovechar estas facilidades y son académicos y empresarios y otros que se han vuelto bioquímicos: todo su dinero lo han convertido en alcohol y viven en la miseria esperando el próximo cheque para seguir chupando y mendigando.