Conversación con Rosa Amías Murayari, abuela kukama, «He nacido y crecido para ser yo, también con la misma lengua»

-Ante la celebración del Día Internacional de la Lengua Materna

Ayer 21 de febrero se celebró el Día Internacional de la Lengua Materna. Decretado por la UNESCO el año 2000, este día tiene el propósito de «promover la diversidad lingüística y cultural y el multilingüismo», ya que las lenguas maternas «representan poderosos instrumentos para proteger y desarrollar nuestro patrimonio material e inmaterial». Por tal razón, conversamos con doña Rosa Amías Murayari.

 

La simpática abuela kukama, Mama Rutsu, como suelen llamarla sus estudiantes, siempre es generosa con sus conocimientos y los comparte sin el menor recelo. La historia de mama Rosa como hablante kukama es sumamente interesante y probablemente ejemplifique, en breve y bastante bien, la historia general de esta lengua indígena. Ella actualmente vive en Iquitos, pero su vida en la ciudad la alterna con visitas que hace a su comunidad, Dos de mayo, en la Reserva Nacional Pacaya-Samiria. La vida en ciudad y comunidad, el compromiso con la lengua propia, más una cordial oralidad de pura chispa, hacen de su testimonio material de primera.

 

Mama Rosa, cuéntenos ¿Qué pasa con la lengua kukama en las comunidades?

Ahora pues en este tiempo, los jóvenes que van creciendo ya no conocen la lengua kukama porque sus padres ya no hablan, claro, entienden de los abuelos, los antiguos que todavía viven aunque muchos ya han dejado de existir; de ellos todavía escuchan los jóvenes algunas palabritas que les dicen. Esto se llama tal cosa, este otro tal cosa, solamente eso saben ellos; pero de hablar la lengua así correctamente, ya no pueden porque los jóvenes no escuchan esa conversación todos los días.

 

¿Por qué cree que ha desaparecido esa conversación de todos los días?

Bueno, en mí ha pasado eso. Cuando empecé a seguir la escuela, he tenido que apartarme de mi casa. Yo no he estudiado de mi casa al colegio, sino que me tenían que llevar a otro pueblo donde había colegio y entonces estuve agregada en una casa, ahí tenía que conversar todos los días puro la lengua castellana, ya no había el kukama; sólo cuando regresaba los sábados y domingos a mi casa entonces ahí recién conversaba yo con mi familia…

 

Entonces, usted casi pierde el kukama…

Claro, hasta yo, porque hasta esta edad que tengo, los sesenta y cinco años, siguiendo sesenta y seis, ya pues estaba olvidando. Cuando a mí me han contratado [en FORMABIAP] para venir a enseñar la lengua kukama, yo he tenido que empezar a recordar las palabras.

 

Ese es el inicio de su etapa como especialista bilingüe en FORMABIAP ¿Cómo fue ese trabajo?

Ahí los estudiantes me preguntan, me dicen cómo se llama esto, cómo se habla esto, yo tengo que decirles; y cuando hacen sus tareas me preguntan si está bien la tarea que han hecho, ahí tengo que corregirles, y así voy enseñándoles. Ahora, la costumbre es lo que falta comunicarles, cómo es la costumbre de antes porque como dicen yo del diario no voy conversando con los alumnos, solamente me voy a las clases a enseñarles la lengua, nada más; pero enseñarles la costumbre, no. Claro que yo no he crecido con mí papá, solamente he crecido con mi mamá, mi abuelita y mi tía, pura mujeres era mi familia; mi papá se ha retirado quizás cuando he tenido la edad de cinco, seis años. Por eso yo no sé cómo es la costumbre del hombre kukama.

 

¿Y por qué ya no se puede enseñar esa costumbre?

Ya no pues, ya no se vive esa vida; mejor dicho, así viviendo en la ciudad ya no es conforme…

Mama Rosa nos dice que esa costumbre ya no es conforme. Con el crecimiento de las ciudades y el capitalismo en la Amazonía peruana durante el siglo XX, los kukamas fueron asimilados a procesos violentos de discriminación, explotación e invisibilización, incluso propia. Entre otras consecuencias, la lengua kukama estuvo a poco de desaparecer. Entonces, las generaciones jóvenes descendientes de kukamas dejaron de escuchar palabras en lo que fue su lengua materna. Lo propio se tornó ajeno, o más precisamente fue enajenándose hasta ser un estado de inconformidad. Parecía que la palabra kukama terminaría por sumergirse entre el olvido y el silencio. Hoy, aunque las condiciones no son mucho mejores, se perciben algunos cambios.

 

Mucha de la riqueza lingüística y expresiva del kukama se encuentra extraviada o es irrecuperable; sin embargo, existen importantes esfuerzos por revitalizarla tanto en comunidades como en la ciudad de Nauta, una ciudad de conocidos orígenes kukamas. Por iniciativas propias o en conjunto, radioemisoras, instituciones, escuelas, iglesia, comuneros y hablantes kukamas actualmente realizan un importante trabajo que reflexiona, plantea y se moviliza por la recuperación y buena salud de aquella lengua.

 

Por su puesto, Mama Rutsu forma parte de este movimiento de recuperación. La valiosa labor que ella realiza como especialista de su pueblo, sus muchas colaboraciones con lingüistas, educadores e instituciones y sobre todo ese cuadernito donde anota palabras que salva del olvido, ilustran bastante bien el compromiso de mama Rosa que, como el de otros y otras kukamas, trabaja por un tiempo mejor y más propio para su pueblo.

 

Finalmente, preguntamos a mama Rosa si considera importante hablar en lengua kukama y por qué. Su respuesta fue categórica, desarrollándose como un árbol de donde surgían varias ramas o asuntos: los saberes, la historia, la identidad, la educación, la memoria, etc. Terminamos estas líneas con las opiniones de mama Rosa.

 

Mama Rosa, ¿Cree importante hablar en lengua kukama? ¿Por qué?

Para mí sería muy importante en este tiempo enseñar a los niños también desde su pequeñito, enseñarles esa lengua, entonces crecen con esa mentalidad, que esto se llama así, que mi mamá dice tal cosa; se les puede enseñar. Otra cosa es para que no se pierdan nuestras lenguas, para que sigan existiendo, para poder distinguirnos de las otras etnias debemos hablar como kukamas, nosotros representamos a nuestro pueblo. Entonces claro que sí es importante porque debemos llevar el recuerdo de nuestros padres, porque nuestros padres eran netamente kukamas, yo soy una de ellas, así que yo he nacido y crecido hasta esta edad para ser yo también con la misma lengua.

 

Sin lugar a duda, vivimos tiempos de «desarrollo», de surgimiento, de ampliación de nuestro capital; pero sería bueno preguntar a todas nuestras comunidades indígenas qué significaría para ellos el desarrollo, mientras para nosotros «infectados» con el capitalismo, vemos desde nuestra perspectiva el significado de desarrollo, como es más explotación de nuestros recursos, tener moles de edificaciones de concreto, cubrir las calles de asfalto, cuando tenemos la parte humana (la cual es la base) totalmente abandonada, con niños desnutridos y enfermos, una pobre educación, un alicaído sistema de salud. Son diferentes perspectivas que se podría tener del desarrollo. ¿y para usted que es desarrollo?. (MIP)