HAYA DE LA TORRE Y EL APRISMO DEL FUTURO

-A propósito del 117 Aniversario del nacimiento del jefe y fundador del APRA.

Por: Edgar Valdivia Isuiza

El 22 de febrero de 1946, en su histórico e inmortal discurso que se conoce como el Recado del Corazón del Pueblo, en un multitudinario mitin en el Estadio Nacional de Lima, capital del Perú, el líder aprista Manuel Seoane Corrales instituye la fecha del nacimiento del Jefe y fundador del aprismo indoamericano Víctor Raúl Haya de la Torre como el Día de la Fraternidad. Una fecha en la que los apristas de todo el Perú y el mundo renovamos nuestro compromiso de fe, unión, disciplina y acción para recordar al preclaro ciudadano y político peruano del siglo XX, paradigma y símbolo de la fortaleza mística y del avatar vivencial de los creyentes en el «Pan con Libertad», así como la reafirmación de nuestro reconocimiento a todos aquellos que lucharon y luchan por la democracia, a los que sobreponiéndose a las adversidades nos han dado una herencia ideológica y política que tiene el supremo objetivo de liberar a nuestros pueblos de la pobreza material y de la esclavitud mental, y encaminar sus convicciones por las rutas de la justicia social.

 

Víctor Raúl Haya de la Torre, nace en Trujillo el 22 de Febrero de 1985 y fallece en Vitarte-Lima el 02 de Agosto de 1979. Es reconocido como uno de los más importantes ideólogos políticos de Latinoamérica y figura clave para la formación de los partidos políticos de masas en el Perú. Fue hijo de los también trujillanos Zoila Victoria de la Torre y de Cárdenas y Raúl Edmundo Haya y de Cárdenas. Haya estudio su primaria y secundaria en el Colegio de San Carlos y San Marcelo de Trujillo. Ingreso a la Facultad de Letras de la Universidad Nacional de Trujillo, donde se hizo buen amigo del destacado poeta Cesar Vallejo en el curso de Literatura. Posteriormente continuo sus estudios en la Universidad Mayor de San Marcos de Lima. En 1917 conoció al político y literato Manuel Gonzales Prada y se convirtió en asiduo visitante de su casa. En 1919 participo en la lucha por el restablecimiento de las 8 horas de trabajo; y, en octubre de ese año fue elegido presidente de la Federación de Estudiantes del Perú. Encabezó movimientos a favor de la reforma universitaria en el Perú y las organizaciones obreras. Participó en el primer Congreso Nacional de Estudiantes, realizado en el Cusco en marzo de 1920, donde se aprobó el proyecto de creación de las «Universidades Popular González Prada». El 23 de mayo de 1923 encabeza la campaña de oposición a la proyectada consagración oficial del Perú al Corazón de Jesús; durante la protesta callejera murieron un estudiante y un obrero, lo que se convirtió en símbolo de la unidad obrero-estudiantil. En octubre de 1923, cuando era profesor del colegio limeño Anglo-peruano (hoy Colegio San Andrés), fue apresado y recluido en el penal El Frontón, donde se declara en huelga de hambre, a seis días de la huelga es deportado a Panamá. Haya de la Torre, se traslada desde Panamá a México, donde tiene cercano contacto con la Revolución Mexicana y con Diego Rivera. Es en la ciudad de México donde, el 7 de mayo de 1924, funda la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA). Ese mismo año, viaja a Rusia invitado por el ministro de Educación, donde se ve en contacto con la Revolución Rusa. Desde México, fue también a Costa Rica y Alemania. En 1926-1927 estudio Economía en London School of Economics and Political Sciense y luego Antropología en la Universidad de Oxford, en la que sería profesor en 1964.

 

Luego de haber vivido en el exilio como consecuencia de su lucha contra el Oncenio de Leguía, Haya de la Torre volvió al Perú. Fue postulado como candidato presidencial en las elecciones generales de 1931. La campaña aprista introdujo métodos modernos en la política peruana.

Con fraude Luis Miguel Sánchez Cerro de la ultraderechista Unión Revolucionaria gana a Haya de la Torre las elecciones presidenciales de ese entonces, sin embargo el líder de masas y el APRA nunca reconocieron los resultados, lo que hizo que el gobierno de Sánchez Cerro reprimiera duramente a las protestas populares. La insurrección popular fue ferozmente reprimida con cientos de apristas detenidos y miles fusilados en las ruinas peruanas de Chan Chan. Situación que dio a que la Constitución de 1933 declare ilegal al Partido Aprista en 1932. En 1945 el APRA vuelve a la legalidad y participa en la coalición del Frente Democrático Nacional que lleva a la Presidencia de la Republica a José Luis Bustamante y Rivero. En 1948 Manuel A. Odria dirige un golpe de Estado y vuelve la represión subyacente. Haya de la Torre fue perseguido y Bustamante, deportado. Haya se refugió en la embajada de Colombia en Lima, durante 5 largos años, debido a que la dictadura odriista se negaba a otorgar el salvoconducto para que saliera del Perú. En 1954, Haya es autorizado a salir del Perú gracias a la presión internacional. En 1956, los tres candidatos principales que participaban en el proceso eleccionario aseguran la vuelta a la legalidad del Partido del Pueblo. En 1962, en las elecciones generales, Haya se lanzó por segunda vez como candidato presidencial gana en las ánforas al candidato Fernando Belaunde, pero el resultado es vetado por el militarismo que derroca al gobierno de Manuel Prado y Ugarteche y declara nulas las elecciones, convocándose nuevamente a las elecciones donde el veto antiaprista otorga el triunfo Fernando Belaunde. El 3 de Octubre de 1968 nuevamente el Perú sufre el embate de otro golpe militar, donde se vuelve a proscribir y perseguir al APRA y sus bases populares. Haya de la Torre encabezó la presión contra la dictadura militar del docenio y ejerce presión contra el gobierno de Francisco Morales Bermúdez para que los militares volvieran a sus cuarteles y se restituyera la democracia. Una Asamblea Constituyente fue anunciada el 28 de julio de 1976, que es elegida en junio e instalada el 28 de Julio de 1978. Haya de la Torre fue elegido con la más alta votación como diputado constituyente y elegido unánimemente para ejercer la Presidencia de la Asamblea Constituyente. En un acto simbólico, su sueldo por el ejercicio del cargo fue de solo 1 sol de oro. El mismo día de la instalación de la asamblea, Haya de la Torre, marco su clara independencia con respecto al régimen militar. El 12 de Julio de 1979 Víctor Raúl Haya de la Torre, firmó la Constitución del Perú poco antes de su deceso.

 

La celebración del 117 Aniversario del nacimiento de Víctor Raúl Haya de la Torre que ahora se conoce como el Día de la Fraternidad es una importante antesala de eventos próximos y trascendentes como el convocado XXIV Congreso Nacional del Partido del Pueblo, que deben contribuir a forjar una profunda reingeniería en la dinámica orgánica del aprismo peruano. Este privilegiado y máximo evento orgánico que congrega a la representación nacional del mayor Partido organizado del Perú y que concita la atención nacional e internacional, en razón que el APRA, que ahora pese a las dificultades de la coyuntura, resurge como una organización histórica capaz de superar sus propias contradicciones y poner por encima de las circunstancias su gran capacidad de administrar crisis y aplicar catarsis, debe marcar los principios rectores desde el punto de vista ideológico, doctrinario, orgánico y programático de lo debe ser el aprismo del futuro.

 

Un profundo proceso de renovación y relevo dirigencial en el máximo nivel de su estructura orgánica, cuya representación debe tamizar y recoger los sentimientos del Perú profundo, marca las pautas del próximo Congreso del APRA, al cual debe adicionarse sustantivamente una necesaria prognosis reflexiva, que abra las rutas para la formulación de una Agenda Orgánica, Programática y Doctrinaria que apunte a evaluar crítica, propositiva y con gran enfoque constructivo el rol del aprismo en los próximos decenios en el contexto de los cambios sociopolíticos y tecnológicos del Perú y del mundo. La descentralización y desconcentración de la estructura orgánica del APRA es uno de los temas que debe empezar a analizarse, aproximación que es compatible con el proceso que vive el país como Estado. Forjar liderazgos regionales y locales de calidad y competitivos es el marco.

 

El APRA debe asumir el gran desafío histórico para establecer líneas de acción y objetivos estratégicos de envergadura, que pergeñen la modernización de su dinámica operativa, que coadyuve a insertarse en mejores y mayores términos en el tejido social peruano, acorde con las exigencias competitivas de Partidos Políticos de otros países en pujante desarrollo y con gran índice de desarrollo humano.

 

Es fundamental que paralelo a la temática electoral, que muchas veces envuelve en mayor proporción la agenda de estos eventos, se encamine un esfuerzo corporativo que deslinde las fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas del Partido del Pueblo, que analice con propiedad las razones de la crisis de los Partidos peruanos entre los cuales se marca principalmente las controversias de intermediación entre la sociedad y el Estado, que da lugar que grupos económicos, los medios de comunicación y el Poder Ejecutivo de los Gobiernos logren prevalencia en la Agenda Nacional, escenario que perjudica y atenta contra la solidez de la democracia, cuya palanca básica precisamente son los Partidos Políticos, lo que exige una profunda catarsis orgánica para revertirla.

 

En este propósito el examen autocrítico que debe cumplir el APRA, debe conllevar a una idónea y contemporánea interpretación de la realidad peruana-indoamericana y mundial con miras a reposicionarlo, fortalecerlo y afirmarlo como Partido con ideología, doctrina y teoría económica propia. Se hace imprescindible el inicio de una sumatoria de esfuerzos cognoscitivos para promover, impulsar y realizar un dinámico debate responsable que congreguen una intensa y extensiva lluvia de ideas y aportes, que contribuyan  a generar documentos de trabajo como matrices de un reto de envergadura histórica. La democracia social que impulsa el APRA,  requiere ser afianzada y percibida como una de las mejores rutas para hacer redistribución social y económica en consonancia con las libertades ciudadanas. Debe ponerse en el tapete deslindes precisos sobre la Integración Latinoamericana, la Unión Europea, la Globalización, el Neoliberalismo, la Crisis de la Economía Mundial, el relanzamiento del Perú al primer mundo, entre otras temáticas de primer orden a la luz del arquetipo ideológico del aprismo para encuadrarlas en la tipología de país que aspiramos construir en los próximos 30 años, en la víspera del bicentenario de la independencia nacional.

 

En otro contexto, es elemental enjuiciar lo que corresponde a la dinámica del proceso de descentralización y desconcentración de la estructura política y económica del Estado Peruano, su impacto en la consolidación de la democratización, la redistribución de la riqueza y el combate a la pobreza en el Perú. Asimismo, el nivel del desarrollo tecnológico y del conocimiento, es otra de las temáticas que debe ocupar espacio en la agenda, en la mira de fortalecer al país en su apuesta para construir palancas de valor agregado que consoliden las economías regionales y locales, entre otro rubros trascendentales para la viabilidad del Perú de ahora y del futuro.

 

En suma, requerimos un viraje importante en nuestro enfoque de hacer política, con propósitos centrales que rompan el tinglado de lo intrascendente y accesorio en el debate interno. La construcción de sociedades democráticas con justicia social es un compromiso del APRA con su historia, no perdamos el perfil diseñado por Víctor Raúl Haya de la Torre, forjemos la construcción del Aprismo del Futuro.

 

Iquitos, Febrero 22 del 2012

Email: evaldivia87@yahoo.es, evaldivia87@hotmail.com

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