Quedó la semilla

La comunidad cristiana y en general la población de Loreto, tuvo sus días de duelo tras el repentino fallecimiento por neumonía del monseñor Miguel Olaortúa Laspra, ocurrido el 01 de noviembre “Día de Todos los Santos”; estando como Vicario Apostólico de Iquitos.
A todos nos sobrecogió la noticia inesperada, a tal punto que no parecía cierto. Apenas un tiempo cercano lo habíamos visto a la distancia caminando por la plaza de Armas de Iquitos, en uno de esos atardeceres que invita a la reflexión.
En el entierro que fue el lunes por la tarde, casi entrada la noche, el ambiente era de mucha tristeza sabiendo que se trataba del último adiós a la presencia física del monseñor Olaortúa. Sus más cercanos colaboradores aún impactados por su fallecimiento, así como los miembros de su familia venidos desde la lejana España para darle el último adiós.
Entre los sacerdotes locales se sentía ese impacto mortal tan pronto. A pesar de las enfermedades que padecía monseñor Miguel su partida física fue percibida como demasiado pronta. “Ha sido un shock” alcanzó a decir el padre Raymundo Portelli.
Recordó que el último mensaje de monseñor Olaortúa fue el 18 de octubre cuando desde Roma participando en el Sínodo Panamazónico, le pidió que le mandara un mensaje por whatsaap. Les dijo que había un espíritu de hermandad, “Oren bastante por los pobres, por los ancianos, por el vicariato”, dándonos sus bendiciones.
Y cuando estamos casi seguros que alguien más joven que uno, moriría después, sorprende de sobremanera una noticia tan infeliz. Es lo que le pasó al vicario emérito monseñor Julián García Centeno, quien se fue y lo reemplazó justamente monseñor Miguel. Dijo que le costaba aceptar esa partida, pero que debe haber quedado la semilla.
Sí, esa semilla de sus enseñanzas hará que brote permanentemente el amor a Cristo Jesús entre los fieles católicos del Vicariato de Iquitos, será un homenaje permanente a su memoria. Los que todavía nos seguimos quedando tenemos el deber moral y espiritual de continuar el camino trazado por un hombre que amó a Cristo y nos invocó a que sigamos su mensaje. Descanse en paz Monseñor Miguel Olaortúa Laspra. Amén.