Metraje de la discordia

Parece que el sistema de contrataciones del Estado en lo que a licitaciones de obra se refiere, ha sido creado sin tener muy en cuenta la viveza de ciertas empresas contratistas que van buscando por dónde meter sus leguleyadas para sacarle a los fondos públicos más de lo que les corresponde.
Lo que está pasando con la obra constructiva del Hospital Apoyo Iquitos es por demás sorprendente. La empresa contratista dice que no empieza la obra porque el Ministerio de Salud-Minsa, “les ha obligado a que haya mayores metrados”, pero del otro lado se sabe que no han dicho así, sino, “cumplan con la normatividad técnica que han aceptado”.
Eso es lo que esta semana ha sostenido el Ing. José Rojas Panta, gerente de Infraestructura del gobierno regional de Loreto. Así, en este contexto de jugar a quién dice la verdad, pereciera que no existe un mecanismo más célere para resolver el problema del inicio de ejecución de la obra del nosocomio de cerca de 200 millones de soles.
La percepción es que una vez ganada la obra pasamos a las condiciones de la empresa que ganó la buena pro. O sea pasamos a depender de lo que a ellos mejor les parezca. Y nos preguntamos ¿el sistema de contrataciones de las obras públicas no prevé estas actitudes? El mismo proceso de licitación no marca pautas del antes, durante y después de la licitación.
Estamos desarmados porque entendemos que ni el comité de licitación de la obra puede resolver, porque su trabajo termina cuando adjudica. Y lo que vemos en este proceso específico del HAI es que han entrado al escenario otras instancias como el Osce y la Contraloría (tal como se señaló en pasada oportunidad), para que opinen si el argumento de la empresa contratista, está en lo cierto o no.
Si están en lo cierto, en este caso el Estado les tendrá que pagar los cerca de 30 millones más que solicitan porque construirán sobre un mayor metraje. Caso contrario tendrán que trabajar sobre el metraje con que ganaron la licitación qué es lo más lógico. Al margen de todo ¿quién miente acá? Estamos desconcertados porque hasta el informe del Osce ha tenido distintas interpretaciones.
Así pasan los días, semanas y meses de una obra que debió empezar, ya. Similar situación respecto al no inicio de la obra, está el puente Glenda Freitas de la municipalidad de Punchana que, con el 50% de adelanto, el contratista Miguel Méndez no hace más que limpieza con 6 obreros en una obra de 10 millones de soles. A todo esto nos preguntamos ¿tenemos fiscalía de prevención del delito? ¿tenemos fiscalía anticorrupción?
Justamente por prevención se tienen que ir registrando lo que sucede, aunque después las empresas finalmente cumplan con el compromiso asumido. Es que el problema es que si no cumplen y no se registra, con qué pruebas se llevaría un buen proceso arbitral para que no le ganen al Estado, lo mismo si llegara a instancias del Poder Judicial. La experiencia nos dice que los supervisores casi no funcionan. Se necesitan acciones oportunas.