Que todos los días sea Navidad.

Y es que con tan noble sentimiento parece que los seres humanos se ablandan al máximo y permiten que con ese desprendimiento, muchos seres humanos limitados económicamente hablando, puedan disfrutar –aunque sea una vez al año- de ese movimiento festivo, alegre y nostálgico a la vez. Donde el dar, el servir al prójimo se hace tan presente que puede llegar hasta avergonzarnos como seres humanos, al no practicar todos esos actos solidarios de manera cotidiana.

Sin embargo, hay personas que hacen de su vida una Navidad constante, sostenida, eterna, al celebrar día a día su existencia, como si fuera el último día de su existir. Y que con lo conseguido gracias a su talento innato para poder generar ganancias económicas, pueden ejecutar nobles proyectos que beneficien a poblaciones pobres, vulnerables y olvidadas por los gobiernos de turno.

Ejemplos se han registrado miles en el siglo pasado, en el presente se siguen registrando hermosos y nobles ejemplos que son admirados en el mundo entero. Llama poderosamente la atención que los mismos sean irradiados por grandes figuras deportivas, mas no por connotados políticos o personajes que llevan adelante las riendas de un país. Salvo el ex presidente José Mujica. Un hombre lleno de sabiduría, quien sabe que “no hay nada nuevo bajo el sol” y que “nada material es llevado a la vida eterna” porque en la tierra solo somos “administradores de los bienes de Dios”.

Uno de los buenos ejemplos contemporáneos, es el jugador brasileño Neymar Junior, quien acaba de inaugurar un instituto para ayudar a niños pobres, en la zona donde él en años pasados pasó penurias. Lo más noble que ha podido mencionar el joven que invertirá casi 10 millones de dólares en el instituto, es que no lo hace para cazar talentos futbolísticos, sino para que unos 2,300 niños de 7 a 14 años de edad sean entrenados gratuitamente en fútbol, vóley, natación, yudo, baloncesto, lectura, idiomas, música, baile e informática.

“Este instituto es una puerta gigante para dar oportunidades a las personas de aquí”, ha dicho Neymar refiriéndose al barrio humilde donde nació. ¿Y por qué las nuevas autoridades no pueden pensar igual? Nada se los impide. Además, a diferencia de Neymar, todas cuentan con fondos públicos cuyo gasto debe hacerse en el objetivo principal que manda nuestra Constitución Política del Estado en su primer artículo.

Ojalá y algo cambie para bien en el año 2015 que está aquí nomás, a la vuelta de la esquina. ¡Feliz Navidad para todos nuestros lectores!