La Purísima, Patrona de Punchana

Quienes ahora andan por más de sesenta años, recuerdan que cuando niños, guiados por las manos de sus padres visitaban el lejano, en ese entonces, caserío de Punchana.

La peregrinación se daba para conmemorar la festividad de “La Purichita”, como el pueblo había bautizado al día de la Inmaculada Concepción de María, 8 de diciembre, del santoral de la Iglesia Católica. Los pobladores rendían su homenaje con cantos y danzas al pie de los altares levantados en su honor.

Una fuente histórica relata que los pobladores de San Francisco de Borja, ubicado en el alto Napo, avisados de que iban a ser víctimas de un inminente ataque de los indios aguarunas y jíbaros, decidieron huir. Esas personas vinieron hasta esta isla y se ubicaron a unos tres kilómetros de lo que era lugar donde vivían los indios iquito. Entre sus pertenencias, traían la imagen de la Virgen, un pequeño tallado de la figura de María, hecho por un artesano ecuatoriano. Fueron los fundadores del hoy distrito, donde años más tarde, se instalaron el terminal fluvial, industrias madereras y otras.

Esa devoción la traían en sus hombros en procesión los antiguos moradores de Punchana. Devoción que se ha institucionalizado desde 1,911 cuando se decidió construir una modesta iglesia, que en 1,958 fue remplazada por la moderna edificación -réplica de la Iglesia de los Padres Agustinos de Valladolid-, España, construida por el R.P. Edilberto Valles Melendro, de inolvidable recordación, porque él fue el pastor indiscutible de este pueblo.

Aún es grande la devoción a la Inmaculada Concepción, “La Purísima”, popularmente llamada “La Purichita”, pero más grande todavía es la tarea por seguir inculcando en la población la fe en días mejores para el pueblo de Punchana, que tiene una historia linda que contar, para con la protección de la Virgen viva días mejores, en un futuro, cada día mejor.