Día del periodista

Cada 1 de octubre los periodistas festejan su día. Las celebraciones van desde homenajes a quienes ya partieron, almuerzos de confraternidad y ceremonias ofrecidas por algunas instituciones. Como medio periodístico, La Región, no puede estar al margen de un día tan especial para hombres y mujeres que han abrazado esta profesión, para unos la más noble y, según sea su práctica, el más vil de los oficios.

Realmente hacer periodismo es difícil, dependiendo del tema que se toque. Por un lado está el de investigación, haciendo denuncias públicas de los excesos cometidos por autoridades y funcionarios públicos en el desempeño de sus  labores. Por otro, el pseudo publirreportaje a través de una nota halagadora a determinado personaje, escondiendo entre líneas un interés monetario. Es el punto donde se quiebra todo eso que es la ética. Y donde no hay ética, no hay respeto, condición básica para entablar cualquier tipo de comunicación.

En estos tiempos hay una práctica que se da en medios radiales y televisivos y muy raramente en medios escritos, si es que así se puede llamar a lo que hacen esos espacios dedicados al insulto, a pisotear honras y dignidades, sin el más mínimo respeto a la familia, involucrando a las personas en hechos que solo se dan en la mente del conductor, quien no es más que un advenedizo en el periodismo.

En todo, hay que separar la paja del trigo. Así como en esta nuestra labor, se dan casos de personas que denigran la profesión porque no hay, de parte de los propietarios de los medios de comunicación, un estricto criterio de evaluación a quienes van a practicar periodismo en un medio, lo que debería ser considerado.

Pero a pesar de todas las lacras y vicios que se pueda arrastrar, en nuestro medio particularmente, hay un periodismo digno que en el trajinar diario informa con verdad, sin atropellar a nadie en la búsqueda de investigación de los hechos que hacen noticia. Ello es reconfortante y vivificador, por lo que en la fecha, debemos reafirmar nuestra vocación de ser quienes comunicamos al pueblo, del cual nunca debemos desligarnos, menos aún atentar contra sus nobles y sagrados intereses. Hacer del día un constante aprendizaje de acuerdo a la nueva tecnología que se va imponiendo en el mundo, del periodismo digital que se viene con fuerza, pero que estamos seguros, jamás podrá superar a la satisfacción de llevar en la mano o debajo del brazo el ejemplar impreso del diario favorito.

En nuestro rendido saludo a los colegas de nuestra redacción, a los de otras casas editoras, de los medios de radio y televisión,  va también el abrazo fraterno cargado de buenos deseos y porque esta hermandad periodística sea una sola, que vele por el bienestar de los hombres y mujeres que hacemos este gremio de trabajadores que día a día se debe a la sociedad donde vivimos.