Cuarto Día de emergencia por coronavirus en Iquitos

  • Zona Moronacocha, San Juan, más personas con mascarillas que el tercer día.
  • Calles despejadas y presencia importante de la policía y militares.
  • Desde ayer Perú ya reporta muertes por coronavirus.

Este medio de comunicación pudo recorrer una vez más las calles -casi- solitarias de Iquitos. Arica, Aguirre empalmada con la Plaza 28 de Julio, donde ahora son dueñas y señoras las palomitas…pero sin maíz. ¿Estarán muriendo de hambre? El local de la corte de justicia se muestra imponente, cerrado, olvidado de todos los casos que hacen noticia. Policías cuidando colas en cajeros automáticos y preguntando a las personas que los rodean fuera de la cola, el motivo de su presencia.
Ya que no hay cintas para cerrar las calles, colocan motos en hilera. El Pardo y el CNI, los bailódromos de la ciudad, ahora parecen un cementerio y muy tristes, sin banderolas de colorines invitando al tono y chelas. Calle Mariscal Cáceres y adyacentes, sin presencia de gente, los perros nunca faltan. En la curva de Moronacocha, en el “lago” botes estacionados, nadie transita fluvialmente.
Av. Del Ejército vacía, en las afueras del local del policlínico de EsSalud han colocado una carpa para hacer triaje inmediato. Otros colocan hasta pancartas llamando a quedarse en casa: CTM, según ellos dice: “Cuida tu mundo”. Hoy los adictos a estupefacientes, también se protegen con mascarillas, quizá en su mente el coronavirus será un extraterrestre o algo que está por presentarse y huele muy mal por eso la gente usa mascarillas.
La Avenida Quiñones, fue captada con presencia de motos y motocarros, los conductores y pasajeros con mascarillas. Al retorno de la ida hasta la plaza de San Juan, que se muestra solita como el resto de las plazas de Iquitos; la avenida se vio más despejada que a la ida. El Banco de la Nación congestionado, ayer pagaban a trabajadores de varios sectores, la presencia policial y del ejército era significativa.
No son carreteras mojadas o pistas resbalosas por un aguacero, hoy son vías vacías, como deben ser las de los pueblos fantasmas. Sobre todo, pasando el mediodía. En la zona de los penales, no se da ninguna visita, absolutamente prohibidas y los internos e internas, deben sentirse más abandonados que nunca en toda su existencia. No se conoce de ningún caso sospechoso reportado.
Un cuarto día y todos seguimos rogando y esperando que los días corran. Antes la humanidad decía: ¡Qué rápido se está yendo el tiempo! ¡Qué rápido se va la vida! Hoy todos sentimos pasar el tiempo lentamente. Y encima con miedo, con pánico que en una de esas, al virulento coronado, se le antoje escogernos. A seguirnos cuidando.