Un indígena en brigadas de salud fluvial

Como se ponen las condiciones para acelerar el proceso de vacunación en todo el país y en la región se inició con la sorpresiva decisión de vacunar a la población indígena desde mayores de 18 años.
Esto es un buena decisión, es lo más lógico acelerar el proceso de vacunación en busca de la inmunidad de rebaño, para que el virus baje su impacto en el organismo humano que se defenderá mejor y salvará la vida.
La celeridad se viene dando y se dijo que la próxima semana inicia la vacunación a los de base 40 y así debería ir abriéndose la posibilidad de vacunación a otras edades, si fuere posible ya a todos sin distinción.
Aunque la celeridad para la población indígena no ha significado la mejor noticia, es que las organizaciones indígenas planteaban primero capacitaciones y sensibilizar a la población sobre la necesidad de la vacuna.
Ha sido una buena propuesta, pero parece que las autoridades de salud han considerado avanzar hasta dónde se pueda y con los que accedan a la vacunación, y apostar por esa comunicación de boca en boca, para llegar hasta estas poblaciones y que confíen que es para evitar que una enfermedad les ataque con toda su letalidad.
Entonces no hay tiempo para las campañas de sensibilización comunidad por comunidad nativa, y para conseguir que los hermanos indígenas no se nieguen a vacunarse, las organizaciones de los pueblos vienen coordinando con la dirección regional de Salud de Loreto, para que incluyan en las brigadas de vacunación fluvial a un integrante indígena.
La idea es magnífica, y se espera que puedan incluir un representante indígena en las brigadas, para que hable en las comunidades con los miembros de su etnia al momento de la llegada, vale decir que la sensibilización iría a la par con la salida de las brigadas, que además ya están actuando.