Reto y perspectivas de la educación

  • La Atención Diferenciada en el Proceso de Enseñanza-Aprendizaje:

 

Por: Lic. Rafael Flores Saavedra
Docente de Matemática del Colegio Nacional Iquitos-CNI

 

En el transcurrir de la historia, siempre fue una preocupación de la humanidad la transmisión y apropiación de cultura; por ende, muchos estudiosos e investigadores se encargaron de profundizar cada vez más en las teorías de cómo transmitir y cómo hacer que se apropien de la cultura, y esto está relacionado con enseñanza que es la transmisión y aprendizaje que es la apropiación, y a la relación dialéctica entre ellos como interacción entre docentes y estudiantes que se denomina proceso de enseñanza-aprendizaje.
Existen diferentes corrientes, tendencias o enfoques que hablan de este proceso. Uno de estos enfoques, es el socio histórico cultural de Vygotsky, que sostiene que el aprendizaje es una actividad social y no solo un proceso de realización individual, o como sostienen continuadores de este enfoque como Otmara (Pérez de Prado, l999:14): “La actividad humana transcurre en un medio social, en activa información con otras personas, a través de variadas formas de colaboración y comunicación y, por tanto, siempre, de una forma u otra, tiene un carácter social”. Esto implica que todo ser humano se apropia de cultura, en el medio donde se desenvuelve, incluso desde el vientre de la madre va apropiándose de todo lo que percibe, por lo que es el contexto que envuelve al ser humano el primer transmisor de cultura. Es decir, el individuo aprende primero lo que le enseña su entorno social, en tal sentido que el individuo adquiere diversas particularidades que le van formando.
Entender este enfoque, que por cierto no fue rebatido ni mucho menos negado por ningún otro enfoque, corriente o tendencia educativa actual, tal es así que el constructivismo, incluso asume esta concepción llamándolo socio constructivismo; es importante para que maestros y maestras entendamos que nuestros niños, niñas y adolescentes vienen a la escuela desde inicial hasta secundaria y superior, por supuesto, con diversos saberes, actitudes, valores, aptitudes, habilidades, destrezas, en general cultura, que adquirieron y siguen adquiriendo en su entorno social. Por lo que es necesario conocer cada una de esas particularidades y atenderlas de manera diferenciada en lo individual y colectivo.
En ese sentido, es necesario que la mirada de un maestro en aula no sea estandarizada; es decir, mirar a los estudiantes como que van a aprender todos de la misma forma o al mismo ritmo, más aún negando que cada estudiante tiene diferentes potencialidades y la actividad propuesta en el aula no apunte a desarrollar esas potencialidades, justamente porque la enseñanza está en función a lo que el docente planifica, pero sin considerar esas particularidades de los estudiantes, tanto así que hasta en la evaluación la mirada es estandarizada, y ante ello solo se aprueba a los que destacan en lo que el maestro quiere que destaquen. Y esto se da porque no entendemos aún qué es el aprendizaje y quién determina la enseñanza, ya que mediante un diagnóstico se identifican las particularidades de los estudiantes y cómo llegan al aula, de tal manera que valorando los resultados de ese diagnóstico el maestro planifique su enseñanza, para garantizar aprendizaje en sus estudiantes, con estrategias que apunten a atender de manera diferenciada, tales como agrupación flexible de grupos, organización de tiempo y espacio, planificación diferenciada, determinando contenidos diferenciados, seleccionando estrategias y actividades diferenciadas con materiales diferenciados y por supuesto evaluando de manera diferenciada, generando así un proceso de enseñanza-aprendizaje donde se desarrolle las potencialidades de todos los estudiantes, y no solo de unos cuantos; es decir, la atención diferenciada individual y colectiva permitirá que en un aula de 35 estudiantes, todos entiendan, comprendan las clases de Matemática por ejemplo, teniendo en claro que el diagnóstico te va a indicar hasta dónde aprendió el estudiante, qué puede hacer solo y qué tiene que hacer con ayuda del profesor o del grupo de estudiantes.
No es casual que los maestros digamos, cada estudiante es un mundo, ahí tenemos razón, justamente porque reconocemos que cada uno de ellos tiene particularidades individuales. Por tanto, la atención diferenciada en el proceso de enseñanza-aprendizaje se convierte en todo un reto y perspectivas para la educación peruana y sobre todo loretana.