– Es fundamental el control y vigilancia de las actividades acuáticas y ribereñas.
Durante varias décadas el sector privado dedicado a la industria de la construcción naval, aportó sus esfuerzos al desarrollo de la Amazonía a través de su importante labor en la construcción de todo tipo de embarcaciones, estas empresas constituidas están al servicio industrial de la construcción y reparación de naves con autorización de DICAPI, en este contexto esperan mucho del rol promotor gubernamental.
Ahora en las perspectivas de país emergente, las políticas de Estado deben estar sujetas al Acuerdo Nacional en el eje temático de «competitividad del país» dentro de la afirmación de la economía social de mercado y la competitividad, productividad y formalización económica.
En este estado de cosas, es fundamental la celeridad de los trámites documentarios cumpliendo las especificaciones del TUPAM, en el que se basa el control y vigilancia de las actividades acuáticas y ribereñas, de manera que la actividad no caiga en casos de informalidad valiéndose de las mejores prácticas en la construcción con los criterios en el uso de materiales de buena calidad y especificaciones técnicas.
Actualmente urge mejorar el sistema con arreglo a la exigencia de hacer cumplir los reglamentos para no ver construcciones que se realicen en lugares inadecuados, totalmente improvisados que no cuentan con ninguna autorización del organismo competente (DICAPI) y se estarían realizando mediante contratos dudosos, no obstante requerir firmas de un astillero autorizado como otorgante del contrato. La ilegalidad en los contratos de construcción fraguados no debe pasar.
Estas presunciones probablemente no sean novedosas en el sector de construcción naval pese a muchas décadas de su labor en la región, y siendo una actividad estratégica para la soberanía nacional y el futuro de la Amazonía, se hace necesario que se desarrolle en forma adecuada y su atención sea atinada para fortalecer la industria naval en esta parte del país.
Este fortalecimiento se debe dar a través de los mecanismos normativos e incentivos para salir del letargo y ser más competitivos, con visión futurista, y en este contexto será conveniente que se definan competencias entre la dependencia militar como es DICAPI y el sector de la producción para regir los destinos de la referida actividad en el futuro.
Como está establecido que la Capitanía de Puerto de Iquitos y las autoridades de este sector, harán cumplir sin excepción la normatividad vigente en su rol de control y vigilancia de las actividades de construcción naval que realizan los astilleros, está en sus manos el rol vigilante y fiscalizador para alcanzar el desarrollo esperado de la industria de la construcción naval en la zona de manera justa.
Finalmente, que las empresas dedicas a la construcción naval cumplan medidas preventivas a favor del personal con los equipos e implementos de seguridad industrial adecuados. La vigilancia permanente tendrá buenos resultados al combatir las construcciones clandestinas realizadas por constructores improvisados, los mismos que sorprenden con presupuestos económicos deficientes y baja calidad de materiales para estructuras ofrecidas a los armadores que a veces terminan contratando sus servicios. (D.López)