Indígenas desunidos

«Divide y vencerás», «La unión hace la fuerza», son dos refranes que pintan el escenario donde desarrollan sus gestiones las Federaciones Indígenas, que viven un abierto divorcio, con todo lo que conlleva una situación tan desagradable.

FEPIBAC Y FEPIAURC, se disputan el liderazgo y la representación de los pueblos indígenas,  ad portas de la realización de la consulta previa, acusándose de estar manejando las instituciones para provecho personal.

«Divide y vencerás» es una sentencia tan dura como si a uno le cayera una maldición. Es la disolución, la desintegración, la extinción de la fuerza que une, que cuanto más sólidos estén sus lazos, más difícil será derrotarlos.

Un pueblo dividido es presa de las ambiciones de los poderosos, de quienes se enseñorean con el poder del dinero, comprando conciencias. No hay en el mundo pueblo dividido que haya vencido a los que acechan sus riquezas. Todos han sucumbido y se han puesto a merced de los dictados de los que pisotean su dignidad.

Es negativo y pernicioso asistir a un cuadro de pobreza de espíritu y miseria humana. Las riquezas naturales de nuestros pueblos amazónicos están en peligro, expuestas a las ambiciones de las transnacionales que harán todo lo que esté a su alcance para apoderarse de su patrimonio.

Un traspiés dado por intereses ajenos a sus pueblos puede llevar a estos, definitivamente a la orfandad, a la indigencia, a la miseria, lo que nadie desea para nuestras naciones indígenas.

Por sobre todas las cosas, la unión hace la fuerza. Nunca lo olviden.