“Danza” de prisiones preventivas en el país

Según el Instituto de Defensa Legal, el año pasado aparecieron como «hongos» los mandatos de prisión preventiva a nivel nacional (56%). En los últimos meses cayeron 5 puntos bajando a un 51%. Los mandatos dados por el Ministerio Público, en mayoría han sido ejecutados de manera veloz cuando se ha tratado de delitos respecto a tráfico de drogas, hurtos, violaciones, etc.
Un porcentaje ínfimo ha sido aceptado por el poder judicial respecto a los pedidos de prisión preventiva para funcionarios o ex funcionarios de instituciones públicas. Siendo que ahora último la sociedad percibe que esas solicitudes han quedado «congeladas» para quienes han cometido peculado, colusión agravada, etc. en agravio del Estado peruano.
En efecto, como señala IDL, los establecimientos penitenciarios están llenos de internos o internas con una orden de prisión preventiva encima, quienes desean ser juzgados y en todo caso, sancionados antes de estar retenidos preventivamente sin avanzar a profundidad su proceso.
La «danza» de mandatos de prisión preventiva a nivel nacional, no funcionan para muchos de los funcionarios que justamente han hecho del erario público su empresa privada. En Iquitos hace más de dos años que solicitan prisión preventiva para involucrados en los denominados casos emblemáticos del gobierno regional y otras entidades del Estado, ninguna se ha hecho efectiva.
La dilación de audiencias por falta de abogados, por falta de declaraciones de los mismos imputados, etc. etc. Es francamente inaceptable. Y así lo ha observado IDL, quien incluso ha manifestado que esos pedidos de prisión preventiva, deben ser resueltos de inmediato, sin ampliatorias, sin dilaciones, sino que deben ser resueltos de manera veloz. «Hemos escuchado varias audiencias en el tiempo que hemos estado en Iquitos, y observamos que las audiencias se han tenido que suspender», puntualizaron.
Sería oportuno preguntarse si en la región no se está aplicando la «ley del embudo». Las prisiones preventivas sí funcionan para los que no tienen poder económico y político, pero NO funcionan para quienes sí los tienen. Ahí está el asunto.