¿Pedro Pablo, xKé no?

Outsider a la vista

 

pedro.portocarrero@unapiquitos.edu.pe

 

La vieja y faranduleada clase política, con ironía culinaria, apoda al Movimiento por el  Gran Cambio llamándolo «sancochado». Ramiro Prialé, recordado líder del aprismo prístino estampó en el argot político su célebre frase, «dialogar no es pactar»;  antes, por razones que la historia no termina de juzgar, fue el artífice de «sentar» en distintos momentos al Gral. Manuel A. Odría, José L. Bustamante y Rivero, Pedro Beltrán Espantoso, Manuel Prado U., Eudocio Ravínez… nada menos que con el egregio Víctor Raúl Haya de la Torre ¡Casi nada! En otro tiempo histórico, salvando distancias, sin sobresaltos, el presidente García departió con los «doce apóstoles». El homicida Kadafi y Silvio Berlusconi mantienen alianzas estratégicas… Los nostálgicos del comunismo y ortodoxos capitalistas dirían el fin justifica los medios, con el diablo hasta pasar el puente.

 

El liderazgo de Pedro Pablo Kuczynski, es soportado  por su acreditado y calificado conocimiento de la problemática del país. Su background, las  pertinencias que domina y perfil de hombre honesto marcan la diferencia con otros candidatos que las encuestadoras conceden mayor opción; inspira respeto, admiración y confianza. No reconocerlo es incurrir en mezquindad. Así, en opinión de otro cualquiera, la confluencia de antípodas, de gente exitosa debe ser percibida como un esfuerzo de convivencia inteligente, subproducto de la coyuntura política, social y económica de cara al próximo quinquenio y un futuro de crecimiento y desarrollo con inclusión.  Con una pizca de saborizante y humor culinario, sin mucho vigor dialéctico, bien puede ser entendida como un concentrado antes que sancochado.

 

En La Región, domingo 25 de abril 2010 recopilé testimoniales citas de peruanos con gran ascendencia en la historia:

«…los dirigentes no cumplen la misión esencial de las auténticas élites: comandar»(Basadre ¿Para qué se fundó la República?, La promesa de la vida peruana… Editorial Juan Mejía B. 1958). Reseñando la moral de los hombres del pasado, evoqué a Gonzales Prada: … ¡Cuánto no vimos en esa fermentación tumultuosa de todas las mediocridades, en esas vertiginosas apariciones y desapariciones de figuras sin consistencia de hombre, en ese continuo cambio de papeles, en esa Babel, en fin, donde la ignorancia vanidosa y vocinglera se sobrepuso siempre al saber humilde y silencioso!… ¡Los viejos a la tumba, los jóvenes a la obra! (El discurso del Politeama, Ensayos Escogidos. Lima 1956).

 

En la misma fecha… Así, pasito a paso, en tránsito por el rincón de los recuerdos:

De República a republiqueta, ¡A dos años de la Independencia!, en el año 1823; aún con sentida nostalgia por la Colonia, «… se da el primer golpe de estado o cuartelazo instaurándose la monocracia, la militarada y la oligarquía…» (Luis Alberto Sánchez, El Perú: Retrato de un país adolescente -Lima: Peisa, 1987-.). Tiempo después, la corrupta administración del guano generó ilícitas fortunas; «… ni el contrato Dreyffus (Piérola) ni la nueva política peruana del salitre (Pardo) bastaron para detener el desastre… La guerra del Pacífico (1879-1883) lo puso en evidencia… Una derrota merecida por una clase dirigente -presidentes, ministros, comerciantes, obispos, doctores y generales-…» (Pablo Macera, Visión histórica del Perú, Lima: Editorial Milla Batres, 1978).

 

Concluí con otra cita: «… Por eso, la promesa de la vida peruana atañe a la juventud para que la reviva, a los hombres de estudio en sus distintos campos para que la conviertan en plan, a la opinión pública en su sector consciente para que la convierta en propósito…

 

… Toda la clave del futuro está allí: que el Perú se escape del peligro de no ser sino una charca, de volverse un páramo o de convertirse en una fogata. Que el Perú no se pierda por la inacción de los peruanos» (Jorge Basadre, La promesa de la vida peruana y otros ensayos, Lima: Editorial Juan Mejía Baca, 1958) .

 

La foto del momento; las manoseadas encuestas muestran más de lo mismo: dirigentes que no comandan, caudillos corruptos poco menos que jefes de bandas que se reciclan en el poder; dolarófagos y presupuestívoros que hipócritamente perpetúan una educación para el pueblo que lo aleja perversa y sempiternamente de optar por el cambio y  el desarrollo.

 

El viernes 11 último, tuve la suerte de prestar atención a la entrevista que PPK concedió a una emisora local y luego, debo admitirlo, sentí el impulso de expresar, como se puede colegir, mi opción electoral. En abril próximo votaré por PPK, ¿por qué no?

 

Profesor UNAP

05394685  (*)