Turismo urbano

Hace mucho tiempo que las autoridades de turno se preguntan qué hacer para que los turistas no pasen de largo por la ciudad en dirección a los albergues, que en su mayoría son espacios organizados, confortables en pleno bosque y con un paisaje natural que justamente los visitantes pagan bien para apreciarlo.
Iquitos en un pasado no muy lejano era una ciudad arborizada, con muchos árboles frutales en los patios delanteros de las viviendas, plantas ornamentales; lo que hacía que nos mostremos más atractiva para los visitantes. Había gente que comentaba «Iquitos parece un paraíso, tanta vegetación, tantos árboles, qué belleza natural».
Esa es la clave, nosotros tenemos que vender «belleza natural». Los empresarios turísticos lo tienen claro, por eso no les interesa invertir en nada en la ciudad. Pero, a las autoridades locales y regionales, y a nosotros los ciudadanos, sí nos interesa. Y por cierto, también les debe interesar a los  turistas que vienen por «equis» razones y no tienen el tiempo para ir al bosque. Para ellos la ciudad es el «producto turístico».
Por supuesto. Estos visitantes son los que disponiendo de unas horas buscan atractivos en la ciudad, para recrearse, para disfrutar de la ciudad tropical, de sus características, de su cultura, sus costumbres, su folclor, del arte amazónico, de la literatura, de museos vivos y al aire libre, de los productos naturales que se puedan ubicar en esta capital de la región Loreto, y otras bellezas que plantean los creativos urbanos.
Pero, han pasado varios gobiernos y nada serio se ha hecho. Los planes son inmediatistas, volátiles, de momento por determinadas fechas, y nada más. Todo esto fue conversado y analizado en el II Taller de Operadores y Promoción Turística. Todo bien. Sin embargo, lo que se necesita es la voluntad política. De qué sirve el entusiasmo si cuando se llega al momento de incluir el Plan en una meta de gestión, todo vuelve a hojas cero. Simple y llanamente porque no se prioriza.
Es que nos falta visión. Es que este tipo de inversiones no dan resultados inmediatos al tema político partidario. Son apuestas a futuro. Y no es un salto al vacío porque para muestra del éxito en el desarrollo turístico tenemos muchos ejemplos. Y de ciudades que se reinventan para mostrarse bellas ante sus visitantes. Muchas de sus bondades son artificiales. Y nosotros tenemos al paraíso a nuestros pies y todavía no lo queremos descubrir.
Responsabilidad política existe. La historia juzgará si no actúan ya. Porque frente a la crisis económica en la que nos encontramos trabajar en la línea turística es apuntar a mejorar nuestra economía. Una economía participativa porque el movimiento que genera el rubro turístico alcanza a casi todos. Falta tomar la decisión y ponerse a trabajar de verdad.