Telón abierto

Desde que nacemos, y hasta se podría decir nueve meses antes de ver la luz, ingresamos al gran teatro del planeta donde a telón abierto nos mostramos cómo somos físicamente, pero el guion de nuestros sentimientos y valoraciones por la vida, muchas veces nos convierten en “teatreros”, por la falsedad o verdades a medias, o en firmes personas que desde un escenario hablan claro y directo.
Todos somos actores y actrices de nuestra vida, aunque los especialistas son los que han estudiado o se dedican a esta carrera que desde sus variedades interpretativas y evolución desde que nació hace muchos años, nos muestran la realidad desde la ficción, sea a través del drama, la comedia, el terror, etc.
Comprender este arte sobre las tablas de un escenario, tras horas y horas de ensayos, nos lleva ser personas más sensibles, reflexivas, analíticas, a disfrutar la vida con filosofía propia, a expresarse, a comunicar, y a llevar cierto liderazgo.
Esta semana se ha conmemorado el Día Mundial del Teatro, se trata de una jornada conmemorativa que se celebra anualmente el 27 de marzo, desde el año 1961, han pasado 63 años desde que fue instaurada por el Instituto Internacional del Teatro.
El teatro está en nuestra vida desde que el niño por nacer (celebrado su Día hace poco) empieza a alimentarse dentro del vientre de su madre y a desarrollarse para estar listo a la hora de abrir el telón de la vida, como nos dieron la bienvenida a cada uno de nosotros en ese sublime momento del llanto por la expulsión de nuestra primera casa, el vientre de mamá.
Con esas características para el desarrollo humano, el teatro tendría que ir como curso o taller, en varios momentos de los años de la educación básica regular, nos ayudaría a manejar mejor nuestras emociones y el disfrute de la vida misma. Qué viva el teatro.