Quienes profesan la religión católica y más aún se encuentran por una cuestión de fe en hermandades o agrupaciones de laicos comprometidos que tienen en la figura y obra de la Virgen María, a quien intercede ante el Dios Padre, ante el Hijo de Dios hecho hombre, vienen preparando diversas actividades.
Esto en razón de que todos los 13 de mayo se recuerda la aparición de la Virgen María, en imagen de la Virgen de Fátima que no es más que la misma persona espiritual, pero que mucha gente suele confundirse. Y es que esta fecha ha servido para que otras figuras de la Virgen María sean veneradas por sus apariciones o milagros, así tenemos a la Virgen de Guadalupe de México y la Virgen de la Aparecida en Brasil.
Serán miles de miles de fieles que se arrodillarán ante la Madre Celestial para suplicarle perdón, ayuda o agradecimiento; como sucede en el espacio donde un buen número de fieles dicen haber visto a la Madre de Dios, esta vez personificada en la Virgen Rosa Mística de Nauta, reconocida por los propios fieles como la Virgen del Sol y del Agua.
Así hablamos del mismo personaje bíblico, de aquella que cuando Jesús estaba en la Cruz le dirigió unas palabras que simbolizó que los cristianos la reconozcamos como la Madre Celestial, la que puede interceder por nosotros ante Cristo Jesús. Y es ahí en este espacio silencioso en medio del bosque con mirada al río Marañón, donde muchos fieles le rendirán honores.
Será la vigilia este viernes 12 de mayo en el centro de la Plaza de Nauta y al día siguiente la Peregrinación al reconocido Santuario donde todos los días llega la gentes creyente desde distintos lugares, y es muy sensible encontrarse en el lugar con gente que brinde su testimonio de la gran bondad de la Rosa Mística de Nauta, por lo que siempre van a colocarle flores y encender las velas signos de vida.
Serán los rezos del Santo Rosario que lleve a muchos a poner toda su esperanza y fe de sanarse de algún mal físico, que como bien se dice en los pasajes bíblicos “la fe mueve montañas”, “por tu fe te has salvado”. Si nuestra fe fuera como “el grano de una mostaza” muchos males personales y sociales habrían desaparecido.
Podemos poner a prueba de fuego nuestra fe, nuestra sensibilidad cristiana y concentrarnos en el propósito de avivar nuestra fe, e inclinarnos en la esperanza que muchos problemas sociales de nuestra región Loreto y en particular de la ciudad de Iquitos, puedan encontrar una solución libre de odios, mezquindades, egoísmos, y que triunfe el amor, aquel sentimiento que a María como madre la llevó a soportar ver a su hijo morir en la Cruz.