QUÉ PENA ME DA MIRARTE CUANDO TE MIRO. QUÉ PENA ME DA SABER…..

Por: Luís Roldán Ríos Córdova      rioscordova2010@hotamil.com

 

Los vecinos siguen cementando áreas verdes dejadas para jardín. No tienen calor ni conciencia…y nadie dice nada.

 

De un tiempo a esta parte, Iquitos como capital de la región Loreto no tiene un alcalde ante quien sintamos tentación de quitarnos el sombrero;  sólo nos llenan de ilusiones que terminan diluyéndose en la nada, seguimos igualito, salvo una que otra pequeñez cuyo impacto urbanístico no alcanza la categoría de significativo o espectacular que dé a la ciudad una imagen grata ante las personas que regresan a Iquitos luego de algunos años de ausencia.

 

Qué pena me da mirarte cuando te miro, dice el visitante y me hace el comentario que aquí casi no ha cambiado nada; otro dice que todo sigue como antes; algunos opinan que ha mejorado muy poco. Qué mal me siento cuando otro visitante dice sin reparar en el daño que le causa a mi corazón, que Iquitos está peor que cuando lo dejó. Siento vergüenza, pena, rabia, decepción.

 

¿Qué es lo que está pasando? ¿No hay voluntad, no hay visión, no hay «locuras», no hay sueños? ¿Todos pisan tierra? Ornato no se ve por ningún lado, pues, según ellos se dedican a dar trabajo, a construir locales escolares, postas médicas, no sé. ¿No es el Gobierno Central quien debe generar empleo, construir locales escolares, hospitales o postas médicas? ¿Se han invertido los papeles?  ¿El Estado (Gobierno Central) es ahora quien debe velar por el ornato de las ciudades?  Bueno, al final ni una ni  otra cosa.  Me da mucha envidia saber que Lima ha tenido excelentes alcaldes los últimos tiempos, quienes lo han convertido en una belleza, cada alcalde busca hacer las cosas mejor que el anterior, es decir, una competencia absolutamente buena para los intereses urbanísticos de Lima. Bien por ellos. ¿Y nosotros? No hay plata, ¿Y listo? ¿Se acabó el asunto y que pasen los cinco años?

Últimamente el honor parece estar en demostrar quién es el peor alcalde, hay una lucha encarnizada en ese afán.

 

En diosito que me da rabia pagar auto avalúo, arbitrios, jardinería, porque no se ve nada bueno, nada novedoso. ¡No se ve nada! Nunca funciona una pileta más allá de su inauguración, ni siquiera se iluminan con arte los pocos edificios históricos que tenemos.

Con este «pequeño» preámbulo quiero referirme al hecho de haber observado algo que contribuye con mi decepción, acabamos de perder una gran oportunidad de darle a Iquitos un ambiente de esparcimiento, oxigenación, respiro y ornato. Ningún alcalde ha tenido la visión de recuperar el terreno desocupado ubicado a un costado del colegio CNI en la avenida Quiñones. Han pasado varios alcaldes, han tenido tiempo (algo así como 30 años) para revertirlo por necesidad pública dotándole a la ciudad de un respiro más de los muchos que necesita construyendo en ese espacio un hermosísimo parque, que sea motivo de orgullo para nosotros los lugareños cuando podamos invitar a nuestros visitantes dar un paseo con el sentimiento henchido de presunción por lo que tenemos. ¿Acaso sólo de pan vive el hombre?  ¿Acaso nos sentimos orgullosos cuando tenemos la pobreza de nuestras favelas para mostrarlo como atractivo turístico? ¿Por gusto Lima habrá construido su juego mágico de aguas, por ejemplo?

 

Honestamente espero que no ocurra lo mismo con el espacio territorial del antiguo aeropuerto del cual no entiendo por qué la «Fuerza» Aérea se siente dueño.  Esta es otra gran oportunidad que nos da la casualidad para tener una gran área de esparcimiento público.

 

Nada de viviendas, ni para ricos ni para pobres.

Aire, espacios libres  necesitamos todos, ricos y pobres. Sugiero, en mi necesidad de soñar, que en ese espacio, una parte  se utilice para construir graderías para espectáculos públicos como desfiles escolares y militares, exhibiciones de comparsas y corsos carnavalescos o de aniversarios; mítines políticos, concursos nacionales e internacionales de músicas y danzas indígenas y de cantos y bailes modernos, en fin y el resto hacer paseos campestres matizados con espacios para la práctica de ciclismo, remo (en lagunas artificiales) y cuanta cosa pueda sugerir la imaginación, que sirva a los lugareños y a cuanto visitante -amigos y parientes- vengan a vacacionarse en Iquitos y puedan llevarse la mejor experiencia de su estadía, cuyo gratos recuerdos servirán de publicidad a los amigos que terminarán multiplicando la afluencia de visitantes. Porque así como estamos, ¿Cuántos visitantes recomendarán Iquitos a sus amigos? Creo que ninguno. Salvo que quieran venir a los centros de convención de la prostitución de jueves a domingo.

 

Respecto a «Vargas Guerra» Todo quedó en silencio. ¿Qué es lo que pasó? ¿Acaso estamos esperando que el Gobierno Central nos entregue el terreno, el proyecto y la plata? ¡Ave María! Ningún alcalde sufre de ingenuidad para creer eso.

 

¿Qué no sé lo que digo?… ¿No es fácil?

Claro que no es fácil. Qué gracia tiene hacer sólo lo fácil?

Espero que los candidatos tengan preparado un proyecto para el uso público de «Vargas Guerra» que considere el beneficio colectivo de Iquitos metropolitano.

 

Acá también nada de casas, casuchas ni palacios.

Este bien debe tener categoría de patrimonio público de manera que todo lo que ahí se haga tenga carácter colectivo y se le dé perfiles turísticos de talla internacional que pueda incluir juegos mecánicos espectaculares en medio de un ambiente paisajístico que rinda culto a la naturaleza promoviendo el turismo interno como expresión visible de que estamos avanzando.