Peligro inminente

Todo el sector del mercado de Belén y zonas aledañas son una bomba de tiempo. Eso ha quedado demostrado con el último incendio producido ayer en horas de la madrugada en las inmediaciones de las calles Ramírez Hurtado y Abtao, muy cerca a Próspero.

 

En toda esa zona, poblada de chozas y tugurios a los que la gente llama puestos de venta, existe un peligro por demás presente, pero que las autoridades no quieren ver, dados sus intereses políticos que anteponen al bienestar general, por lo que se muestran complacientes con las presiones de los comerciantes.

 

Ese incendio de haberse producido en horas de la mañana, cuando todo Belén bulle con miles de amas de casa y vendedores, hubiera sido una tragedia.

 

Desde ayer hasta el cierre de esta edición, la densa humareda provocada por la quema de productos plásticos, no había desaparecido, afectando  la salud de los pobladores de esa parte de la ciudad.

 

Es innegable que estamos asistiendo, Dios no lo permita, a un anuncio de lo que podría ser una verdadera tragedia si es que en la llamada feria navideña se produciría un hecho de esta magnitud. Si las construcciones de material noble ceden ante el calor del fuego, las precarias instalaciones de los puestos de venta son alimento para las  llamas.

 

Ante la proximidad de las grandes fiestas de fin de año, es necesario sopesar los pro y contras de una actividad que ya tiene años de presencia, pero no por eso vamos a decir que no implica peligros. Y si se le va a dar luz verde, que sea tomando las máximas seguridades para proteger a la colectividad de posibles hechos que serían de lamentar.