Mirada patriótica

Estamos a diez días para decir Feliz Cumpleaños Perú y el enfrentamiento entre los grupos de poder a nivel nacional persisten y se agudizan, y nos va quedando una vez más como decepción, que las caras cambian, pero la corrupción es prácticamente la misma, como se viene evidenciando en las pruebas que alcanzan al Ministerio Público en torno a las investigaciones sobre el accionar del presidente de la República, Pedro Castillo.
Si curiosamente, Castillo, es el presidente en la historia democrática del país que es más minuciosamente auscultado, él y todo su entorno familiar más cercano, hasta sus vecinos de su tierra natal del pueblo humilde desde donde se realizan enlaces para ridiculizar a la familia del máximo representante político y gobernante nacional. Es que estamos en una línea democrática firme.
Desde que nos independizamos y nacimos como República las cosas emergieron mal, la corrupción fue creciendo y contagiando a uno, a dos, a tres, a cien, a mil, a un millón…y hasta llegar a tal punto de análisis que el 50% de la población peruana es permisible a las situaciones de corrupción directa e indirectamente.
El Perú ha sido el “más mejor invento”, ya que se trataba de luchas de poder político y monetario (de riquezas) entre los hispanos y los nacidos en estos lares, pero sus bases de igualdad y derechos para todos fue una farsa, dónde los incas y sus descendientes de aquellas épocas fueron utilizados para la guerra por la libertad, pero fue la libertad para ellos, para los llamados blancos, nada más.
Aunque, felizmente la sensatez y visión en algunos gobernantes a lo largo de la vida republicana se han esforzado por dar lo que actualmente también se enmarca dentro de la libertad de oportunidades para todos y todas, sin distinciones de ningún tipo, y con un carácter de inclusión de los compatriotas que ha sí tengan una discapacidad o habilidades diferentes para contribuir en su familia y la sociedad.
Si bien la lucha patriótica contra la gobernanza de la corona española tuvo su lado de romanticismo por el terruño, tuvo también visión de estadista, de igual forma esa mirada patriótica tuvo sus entretelones de ambiciones, de cálculos fríos de los cuales en la historia no se han escrito tal cual, ni nos gusta saber, pues fue el “caldo de cultivo” de todos los males sociales que nos aquejan.
Es momento de dar otra mirada patriótica, de real fidelidad de amor a la patria, de compromiso, de la promesa de saquearla más como se ha hecho en todos los niveles de gobierno distrital y provincial (municipal), gobiernos regionales y nacionales de turno, que hacer que todo lo que ha perdido monetario y no monetario por autoridades delincuentes de turno este sea recuperado. Paremos el falso amor a la patria con discursos vacíos.