Otorongo no come otorongo, jamás. No se exponen a intoxicarse. No practican el canibalismo porque conocen los sabores de los que están compuestas sus posiciones e ideologías.
El Congreso de la República anuncia la promulgación de una ley donde se contempla la no reelección de los presidentes regionales, sí por un período consecutivo de los alcaldes y, que los presidentes regionales pasen a llamarse gobernadores.
Resulta interesante, pero no equitativo, lo que hoy, en el pleno está siendo debatido. Es que se quieren poner a tono con el clima de denuncias que está viviendo el país con relación a las detenciones de presidentes regionales que están en el ojo de la mira, en la cresta de la ola, investigados por presuntos malos manejos de los fondos públicos, los cuales destinarían a su regalado antojo.
El proyecto de ley que incluye las consideraciones anotadas, según los analistas políticos, responde a la serie de críticas que reciben las actuales autoridades regionales y municipales por pretender reelegirse. En años pasados este tema nunca preocupó a nadie, tal es el caso que en nuestra región, para ser exactos, en el distrito del Yavarí, Mario Rivera Pereyra fue reelegido durante nueve períodos consecutivos, pero hasta que se dieron escandalosos desvíos de fondos del Estado para los bolsillos de los alcaldes, a nadie preocupó las reelecciones. Que no fue el caso de Rivera, por cierto.
Es innegable que estamos viviendo una vergonzosa época donde los alcaldes disponen de la economía municipal para sus campañas electorales, casos que se denuncian pero que no se castigan por una u otra rebuscada causa. Es por eso que únicamente los más desposeídos de ingenio y otras cosas impublicables, han ido a dar con sus huesos en el Establecimiento Penal de Iquitos, nombre pretencioso que se da a la cárcel.
Lo que la gente pregunta, quien sabe con mucha ingenuidad es ¿cuándo los congresistas aprobarán una ley donde se prohíba la reelección de ellos mismos? La respuesta más acertada sería, nunca, pero la ciudadanía exige, porque allí también suceden actos vergonzosos. Anoten señores parlamentarios, si están de acuerdo con devolverle la dignidad a la política partidaria y al pueblo, la confianza.