“Iriwa es un nuevo paso adelante de editorial Tierra Nueva”

  • Escritor y docente José Rodríguez Siguas:

La semana pasada se anunció la publicación de nueve obras que necesitan una nueva edición, sea porque no están en circulación o porque los que se reeditaron no son accesibles para el lector.
El proyecto se llama Iriwa (‘retornar’, ‘volver’ en kukama kukamiria), forma parte de un nuevo paso en la vida editorial de Tierra Nueva.
En 1881 se publicó “La jangada”, de Julio Verne, obra considera por el profesor Manuel Marticorena de manera acertada como la precursora de la novela amazónica. Ambientada en la Amazonía peruana como en la brasileña. Verne, que tenía la imaginación enorme, no necesitó conocer el Perú para escribir “La jangada”, como lo hizo con muchas de sus otras novelas. El mérito de este libro es que por primera vez aborda la Amazonía peruana desde lo literario, con muchos más aciertos que errores, nos permite vivir situaciones que se han ido perdiendo por el avance de la navegación, pues en la novela antes mencionada, se narra un viaje en balsa (jangada) por el Amazonas. Recuerdo de niño, sentado en la loma de Tamshiyacu, ver bajar muchas balsas llevando animales y frutas en grandes balsas, cosa que me parece, ya no se ve en la actualidad (en otro momento abordaré con más detalles esta novela).
En 1905 se publicó “Apuntes de viaje en el Oriente peruano”, del ingeniero alemán Jorge von Hassel, lo que trae este libro son las primeras narraciones cortas (artículos los llama el Von Hassel, que fueron apareciendo en “El Comercio”, quizá la forma más adecuada es llamar a sus textos “narraciones expedicionarias”, comunes en la época) que abordan en el momento que se va desarrollando la época de las gomas, antes del barón Arana, pero ya en su esplendor de Fiztcarrald. Es muy extraño que este libro conocido por muchos investigadores no haya tenido una nueva edición, tan necesaria.
En 1918 aparece “Leyendas y tradiciones de Loreto”, de Jenaro Herrera. Para entonces en el Perú el cuento moderno en el Perú estaba en sus inicios, ese mismo año Abraham Valdelomar da a conocer su “Caballero Carmelo”. Según Cecilia Moreano el primer cuento peruano sería “Un amor en sueños”, de Paulino Fuentes Castro publicado en 1874. Herrera lo que hace es seguir la producción narrativa de leyendas y tradiciones tan común el siglo anterior. El año pasado apareció una nueva edición del libro.
Para Bedoya Becerra, “Sacha-novela” (‘casi novela’), publicada en Guayaquil en 1928, funda la novela de la selva peruana y cuestiona que “una crítica perezosa e inculta la ha podido ignorar hasta hoy” (1995). El nombre de la novela escrita por César Augusto Velarde, muestra su duda sobre el género que está escribiendo, la misma duda que tuvieron los primeros novelistas peruanos de la década de 1840, como Julián Manuel Portillo (para Marcel Velázquez, es el primer novelista peruano), Manuel Ascensio Segura (conocido sobre todo como dramaturgo) o Narciso Aréstegui. Puesto que el autor (que fue parte de los levantados junto al capitán Cervantes en 1921), usó en parte la novela para contar cómo fue dicho proceso. Ahora, es llamativo que estudiosos de la literatura no hayan leído los textos cuando se comentaron en su momento, por ejemplo, Rumrril en “Reportaje a la Amazonía” (1973), dice que “Sacha-novela” fue escrita por Carlos Gamarra, el hijo de Abelardo Gamarra, error que toma de Ciro Alegría en el prólogo que este último escribió para el libro de cuentos “El motelo”, de Víctor Morey.
Es obvio que la aparición de “Sangama” en 1942 remeció el mundillo literario en el Perú, a pesar de las críticas recibidas (tuvo el espaldarazo de Ventura García Calderón). Esta novela escrita por Arturo Hernández se convirtió en su momento en un best seller. Es preciso hacer un estudio más exhaustivo de esta novela.
Ese mismo año aparece “Sachachorro”, libro de cuentos, artículos y estampas, de César Lequerica. Si bien dicho libro tiene un valor en lo histórico (cuestionado en algunos casos), los relatos que lo conforman tienen una calidad significativa para la época. Pues la forma de presentar lo diegético tienen mucha maestría.
Como respuesta a novelas que abarcaban la Amazonía desde una mirada no compartida, Calvo de Araujo dio a conocer en 1963 “Paiche”. A modo de anécdota, quiero señalar que Calvo en un momento se burla de los autores colombianos César Uribe Piedrahita y José Eustasio Rivera, autor de “La vorágine”. Y es que, según el colofón del libro, la novela no iba a publicarse (es más, el autor la tenía preparada en 1942, según el colofón), “pero en vista de que varios escritores están mistificando y torciendo la realidad amazónica, se ha visto obligado a su publicación, a fin de que la verdad de la Selva peruana no siga sufriendo alteraciones dañinas, especulativas, espectaculares, que la presentan como un ‘infierno verde’, cosa que es totalmente falsa”.
Lo que quiero remarcar es que algunos de estos libros no tenían un fin netamente literario, tenían algo que decir, y vieron que desde las narraciones podían dar algún aporte para entender la selva, ya el valor literario implica otro examen. En el artículo “La narrativa peruana después de 1950”, de 1984, González Vigil señala que los autores amazónicos utilizaban “técnicas narrativas demasiado tradicionales”. Quizá no todo tenga que ver con técnicas nada más, el valor de una obra está más allá de las técnicas, pero por otro lado es un llamado también a la profesionalización de la escritura, autores como Miguel Donayre, Jorge Nájar, Gerald Rodríguez o Miuler Vásquez, están forjando una producción novelística importante, y que las nuevas generaciones deben ver como ejemplo (la poesía amazónica será abordada, ojalá, en otro momento, sobre este género ver “El sentir del fuego”, 2023, de Gerald Rodríguez).
Ahora, falta pues un mayor estudio de nuestra literatura, pero para eso tienen que estar presentes los libros, y por eso las autoridades y las entidades privadas deben apoyar proyectos literarios que ayuden a conocer más nuestras raíces, cosa que no es tan difícil. El proyecto Iriwa en ese camino, está comenzando con algunos títulos, esperemos que pueda ser el inicio de algo mayor.