Homofobia y Política.

Aunque se nos tilde de presuntuosos especímenes del género humano, definiendo una tendencia sexual, creemos que en algún momento del desarrollo nacional tenía que salir a la luz, la participación  de ambos géneros,  (masculino y femenino) con sus tendencias sexuales a la vista  del trajín político actual.

Sobre el particular, podría decirse que  el sentimiento ciudadano, en su mayoría,  no sufrió ningún revés a la vista de una posible participación política de personas con tendencias sexuales no inherentes a su género en los futuros comicios electorales; sin embargo, la pita se rompió al llegarse a una agresión física de parte de fuerzas del orden hacia los homosexuales y lesbianas que se prodigaban besos y abrazos en el atrio de la catedral limeña, a la vista de cierto sector conservador que vilipendió tal manifestación en clara tendencia homofóbica.

Pero aquí debe entrar a tallar el sentido común, de acuerdo a nuestras leyes, no existe ninguna que prohíba la homosexualidad, hasta podría decirse que la tendencia sexual de los  peruanos y peruanas,  está protegida y aceptada por un amplio sector de la sociedad, pero bajo exigencias que señalan el respeto al orden y la ley;  en consecuencia y sin ánimo de censurar, definimos que los ciudadanos y ciudadanas que desarrollaron tal acto provocativo, lo hicieron para hacer notar su presencia en nuestra estructura social, pero también estimamos que el escenario no fue el adecuado ni la actuación tampoco; respetos guardan respetos; sin embargo, también tenemos que colegir que podría ser que la actual actitud política y la poca credibilidad que demuestran los candidatos que aspiran al congreso, podrían ser las causales de un acto que podríamos llamarlo de protesta, por la escasa  o ninguna alusión que se lee en los promesas electorales, donde no se menciona para nada al estrato homosexual.

Una llamada de alerta podría ser el reclamo de un manifestante que  gritaba enardecido, al ser golpeado por la policía, «Soy homosexual no delincuente», algo que ni lo más elocuentes mensajes políticos se han atrevido a pregonar.

Aquí también hay que tener en cuenta que resulta revolucionario que en estos momentos se discuta abiertamente lo que antes era tabú en todas las sociedades del mundo, con ciertas excepciones (la Roma antigua por ejemplo); y sobre todo en las sociedades sub desarrolladas. Pero lo cierto es que, al margen de otras conceptuaciones que podría generar el tema, tenemos que tener en cuenta la valentía y firmeza como el estrato homosexual  se está atreviendo a defender sus derechos que son muchos.