El celibato no es un dogma

– Una carta de mujeres ligadas sentimentalmente a sacerdotes, reabre el debate:

Por: Adolfo Ramírez del Águila
arda1982@yahoo.espapa

Como ya es parte de su estilo, el papa  Francisco concedió una  entrevista de más de 45 minutos a los periodistas, en pleno vuelo del avión a su regreso de Tierra Santa, su segundo viaje a un lugar extranjero como pontífice, el primero fue a Brasil. Le preguntaron de todo: sobre la pedofilia clerical, el desempleo en Europa, la Iglesia pobre, sobre la falta de libertad religiosa en los países asiáticos, la posibilidad de que él renuncie al papado como lo hizo su antecesor, la comunión para los divorciados; sobre la reforma en la Curia Vaticana y naturalmente sobre la paz en el Medio Oriente. Fiel a su estilo, el papa respondió con humor, inteligencia y claridad.
A 10,000 metros de altura, un periodista alemán le preguntó: -Estuvo con el patriarca ecuménico Bartolomé: ¿cree que la Iglesia Católica puede aprender algo de la Iglesia Ortodoxa, por ejemplo en el caso de los curas casados? El papa respondió: -La Iglesia Católica tiene curas casados: católicos griegos, católicos coptos. Hay en el rito oriental. Porque el celibato no es un dogma de fe, sino una regla de vida que yo aprecio mucho y que es un don para la Iglesia. Al no ser un dogma de fe, siempre está la puerta abierta. Pero no hablamos de esto con el patriarca Bartolomé porque es secundario.
La pregunta del periodista Jan-Christoph Kitzler, de la radio pública alemana, aludía a la carta enviada hace poco al papa Francisco, firmada por 26 mujeres. En la misiva, las féminas solicitan al pontífice,  una revisión de la disciplina del celibato clerical, ya que las firmantes, testimonian que han vivido o viven una relación sentimental con un sacerdote y quieren hacerlo sin ocultarse. La carta, publicada por un diario italiano, comparte la siguiente reflexión: «somos un grupo de mujeres que escribe para romper el muro del silencio y de la indiferencia con el que nos topamos cada día. Cada una de nosotras mantiene una relación sentimental con un sacerdote… lamentamos que las alternativas a la situación que padecemos sea o el abandono del sacerdocio (de sus parejas) o la perpetuación de una relación amorosa en secreto… El servicio a Jesús y a la comunidad sería desempeñado con mayor fuerza por un sacerdote que conjuga su sacerdocio con la vida conyugal», señala la misiva, reabriendo el debate sobre la obligatoriedad o no del celibato clerical.
Recordemos que Benedicto XVI durante su pontificado, ya había reconocido que el celibato no es «un dogma», aunque sí defendió su «valor sagrado». La respuesta de Francisco al periodista alemán entonces, no es muy novedosa, ya su predecesor lo había abordado. Lo nuevo en todo caso es que, lo dice un papa decidido a tomar el toro por las astas, y muestra una firmeza en su decisión de transparentar  los temas religiosos de todo tipo, que bajo una cultura del secretismo vaticano han permanecido silenciados.
Permítanme, amables lectores, aportar desde mi particular punto de vista, no oficial por cierto, algunos elementos para abrir la discusión sobre este tema que tanto preocupa a los europeos, pues la pregunta lo hizo un periodista alemán. El celibato es un don de Dios y como regalo gratuito es asumido con plena libertad, sin obligatoriedad ni ley que lo regule, es una decisión en la libertad de los hijos de Dios por la causa del Reino. Al momento de pedir la ordenación sacerdotal, sacramento de la Iglesia, los diáconos solicitan su decisión de abrazarlo, en pleno uso de su libertad, nadie los obliga. Si ya de sacerdotes, descubren un día que no va con ellos ese estilo de vida en castidad, es mejor que pidan las dispensas respectivas  por un mínimo principio de honestidad.
Hay muchos sacerdotes en el mundo (cien mil, según cálculos no oficiales) que han dado ese paso valiente, el de retirarse de ser cura para asumir una vida de laicos casados, que no es de ninguna manera ser cristianos de segunda categoría, al contrario, es asumir la mística de una entrega radical por el Reino de Dios, camino de santidad también, desde una condición privilegiada que nos concede al sagrado sacramento del Matrimonio.
Ahora, lo que piden las 26 mujeres en su carta, eso sí que hay que discutirlo sin apasionamientos ni moralismos. El pedido al papa, tal como interpretamos la carta (se puede leerlo en internet) es que estos sacerdotes que por ahora «tienen una doble vida» por mantener relaciones de pareja con una mujer siendo aún curas, se les permita tener su enamorada, novia o esposa, para que dejen de cargar un sentimiento de culpabilidad; pues por ahora, están rompiendo las reglas de vida que presupone el sacerdocio católico. Personalmente, si me piden mi opinión, diría que tendríamos que volver al principio: declarar el celibato como no obligatorio para el sacerdocio. Esto permitiría abrir la posibilidad de que los curas lo asuman opcionalmente, y por qué no, extenderlo a la posibilidad de que los laicos casados también accedan al sacerdocio.
Que el Espíritu del Resucitado, en vísperas de la Fiesta de Pentecostés, que impulsa a su Iglesia por nuevos caminos, nuevos retos y nuevas reingenierías pastorales,  nos ilumine en estos debates y discusiones para renovar nuestra Iglesia misionera con ministros más comprometidos con la causa del Reino y su Justicia, así sean curas casados o casados curas. Amén.

Un comentario sobre “El celibato no es un dogma

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