Ocupados como han estado los medios de comunicación, los comentaristas y analistas políticos con la sucesión de hechos que han marcado el desarrollo del proceso electoral realizado del pasado 10 de abril, que han soslayado impensadamente por cierto, ilustrar a la ciudadanía, sobre las jornadas a cumplir para que los aspirantes a una curul logren ingresar al Congreso de la República para cumplir importante labor fiscalizadora a nombre de la nación.
Sabido es que la mayoría de la población electoral ignora que los que postulan a una curul, deben superar una serie de barreras, que están ahí, precisamente para lograr candidatos que siquiera muestren alguna condición para ser congresistas.
En primer lugar el postulante deberá superar la calificación a que obliga el reglamento del partido o movimiento político que lo postula, tanto a él como a otros aspirantes. Luego tiene que salvar la etapa de la tacha y la fiscalización de su hoja de vida, donde se precisa si tiene o no antecedentes penales u otros impedimentos legales par ser congresista. Cumplidos tales trámites, viene el de la valla electoral y luego el desarrollo de la cifra repartidora, que es la que decide quiénes entran al congreso.
Como se puede determinar, un proceso electoral como el que hemos vivido aún incompleto, presenta etapas un poco enredadas pero necesarias, para poder superar el trámite que significa la ya mencionada valla electoral y la cifra repartidora.
Hay que advertir que todos los candidatos lograrán ingresar al Congreso si alcanzan como mínimo el 5 % de los votos válidos a nivel nacional, o siete escaños en más de un distrito electoral. Sin embargo aquí se presenta una salvedad y esta es que, si una agrupación no alcanza el 5% de votos. Pero muestra presencia en diferentes distritos y alcanzar la suma de siete escaños. Tal hecho es el primer filtro que luego será reforzado con la cifra repartidora.
Mención aparte merece el voto preferencial que es el decisivo y que permite al elector optar por el candidato de su preferencia, cosa que no se cumple en el departamento de Madre de Dios, donde por el volumen poblacional que exhibe, sólo cuenta con una curul en el hemiciclo.