En las últimas horas, tanto la policía a nivel nacional en Lima y a nivel regional en Iquitos, vienen obteniendo resultados en la desarticulación de bandas criminales, entre ellas, de extorción y minería ilegal. Lo que nos viene dando la sensación de que el trabajo de la inteligencia policial empieza a accionar conforme a sus funciones y va dando resultados positivos.
Pero, tenemos que decir que determinadas situaciones no cuadran en el marco del accionar policial, que de hecho es una institución cuya razón de ser de brindar seguridad y paz a la ciudadanía se mantiene intacta en los documentos legales y normativos para su funcionamiento, sin embargo, puede ser que un grupo oculto que la conforma no está haciendo las cosas bien, como en varias ocasiones se pudo constatar.
Los elementos íntegros que la conforman, deben luchar administrativa y operativamente para que la policía sea vista como entidad totalmente confiable y no permitir que los sectores delincuenciales absorban a algunos de sus integrantes y estos malogren los planes de seguridad en beneficio de la ciudadanía.
Una ciudad en zozobra por el constante accionar de miembros de bandas delictivas, es signo de una sociedad enferma de gravedad, mientras que sus doctores policiales muestran ciertos devaneos que ponen en duda su accionar y su eficiencia.
Es urgente contar con una institucionalidad policial libre de corrupción, por supuesto que existen efectivos íntegros y muy preparados, justamente, a ellos y ellas les pedimos que accionen firmes, para que la enfermedad no se vuelva un cáncer.
La gran mayoría de los habitantes de la ciudad son gente de bien, de trabajos legales, de familias que se esfuerzan por su estabilidad y tranquilidad, y esperan que muy pronto la policía sea respetada por su integridad, profesionalismo, por su eficiente servicio de inteligencia, por su firmeza en su accionar, y otras cualidades que se necesitan para lograr una sociedad, sana.