Los pobladores de por lo menos diez comunidades asentadas a lo largo del río Napo, dentro de la jurisdicción del distrito de Mazán, han venido a denunciar ante las autoridades que constantemente en la zona ven la presencia de dragas que operan y claman porque sean intervenidas ya que los viene perjudicando.
En un documento presentado en la dirección regional de la Producción se muestran muy preocupados porque operan removiendo el río y hace que se muestre mucho más oscura. Dicen que se encuentran impotentes. No pueden actuar porque quienes operan en las dragas están con armas de fuego. Ellos están a la espera de una respuesta.
La situación para los pobladores es grave porque además que afecta su relación con el agua del río que utilizan para sus actividades cotidianas, también en el tema de la pesca y no tienen tranquilidad al momento de transportarse por la jurisdicción. La vida de los habitantes de estas comunidades ha cambiado para mal, porque están en constante tensión por la presencia de estas dragas.
Lo que falta esclarecer es de qué empresas se trata y que al perecer se trataría de gente que se dedica a esta actividad sin tener sus documentos en regla, como viene ocurriendo desde hace buen tiempo y se refleja cuando las autoridades responsables realizan operativos y las destruyen por ser ilegales.
En este tema también falta mucho por hacer y no solamente es el operativo eventual, sino cómo establecer una permanencia de tal manera que no les permita operar. Pero si la vigilancia va a ser de cuando en vez, ahí tenemos una debilidad. También se debiera escuchar a estas personas que llegan en busca de ayuda. Las instituciones que ven el tema tendrían que tener comunicación constante para intercambiar oportunamente datos reales como el que nos ocupa.