No para la creciente

La creciente de los ríos no para. Las lluvias siguen cayendo diariamente y los niveles del agua continúan en aumento día a día, por lo que se tiene previsto que recién a partir de junio, éstas volverán a la normalidad.
Las familias afectadas persisten en sus pedidos de socorro a las autoridades que tienen que hacer esfuerzos para llevarles algo de ayuda. Hay que recordar que Loreto está viviendo con una economía de guerra, al haber bajado ostensiblemente los ingresos por canon petrolero a nuestra región, que es precisamente el fondo principal de ingresos de las municipalidades.
El que año a año se viva este problema, ha generado una corriente definitiva en el pensar ciudadano, que los pobladores de las zonas inundables sean reubicados sí o sí en lugares donde no tengan el problema de la creciente, donde cuenten con servicios básicos como agua, luz y desagüe, condiciones de las que no gozan. Un solo gasto y se terminó con la cantaleta de tener que usar hasta las vías públicas para tener a centenares de familias en carpas, con las consiguientes molestias que eso trae.
Las autoridades deben despojarse de todo populismo y de usar los fenómenos de la naturaleza para congraciarse con esta población acostumbrada al asistencialismo, a recibir desde una madera hasta alimentos, porque según ellos todo lo pierden con las inundaciones y por eso también hay que darles de comer. Trágico y patético el motivo para seguir en campaña política, gastando lo poco que hay de dinero en cosas que no tienen sustento de ser, como sí podría aceptarse en un estado de miseria que quedan las víctimas de un voraz incendio. A nadie le avisa un incendio, pero sí se sabe que en determinados meses el agua de los ríos crece y por eso nadie debe vivir en zonas cercanas a los ríos y que se sabe son inundables.
Es hora de actuar con seriedad y responsabilidad en el manejo de la confianza depositada por la mayoría de los ciudadanos que no aceptan que quienes son depositarios de sus esperanzas, se dediquen a usar el poder efímero dado, en seguir perfilándose como los líderes en una campaña política  de nunca acabar.