Deforestación y el fin de la tierra

En nuestro medio, la deforestación o tala de árboles es un proceso motivado por la industria maderera o para obtener suelo despejado para labores de agricultura.
Una actividad peligrosa si es que no se toma en serio el compromiso de reforestar, porque destruye al hábitat con gran pérdida de biodiversidad y aridez del suelo, derivando esto a tierras no productivas, además de causar la extinción de especies y severos cambios de clima.
Alguna vez el territorio de esta parte del mundo, fue rico en maderas finas como la caoba, que con la llegada de los forasteros conquistadores fueron presa para labores de construcción de viviendas y utilizadas como combustible, en forma de leña. Por eso, ante el incremento progresivo de la deforestación de nuestros bosques, la monarquía española dio leyes para llevar un aprovechamiento que no altere ni comprometa el medio ambiente.
Todo eso, fue gradualmente olvidado a propósito ante la codicia del hombre que no mide hasta ahora las funestas consecuencias que trae la deforestación. Ahí tenemos el calentamiento global, con un clima jamás antes sentido, con un calor agobiante y falta de lluvias.
Últimos datos, confirman lo que todos sabemos. Plantaciones a gran escala de palma aceitera y cacao en detrimento de nuestros bosques. La deforestación en nuestra Amazonía ha llegado a topes límites desde el año pasado. A ello hay que agregar la apertura de caminos forestales en la selva, contribuyendo éstos a la deforestación del bosque.
Son más de treinta mil hectáreas de bosque primario que se ha dedicado a las plantaciones anotadas, todas hechas por una empresa transnacional que burla toda norma y todo control.
Día a día vamos camino al abismo, donde al final encontraremos lo que hemos buscado, dañar al planeta, para desgracia nuestra.