Una labor realizada y esperada por mucho tiempo

Por: Ezequiel A. Alvarado Guevara
Abogado

 

En la madrugada del día domingo 24 de enero del presente año, al llegar de Requena, Atenas del Ucayali, donde estuve durante ocho días, observé con enorme satisfacción, cómo la Policía Municipal, vigilaba y ordenaba el tránsito, con estricta labor, la entrada  y salida del Puerto de Productores. Un lugar a donde llegan y salen las motonaves como Don José, Venor y otros, cargados de productos y sus más de 300 pasajeros ansiosos de abandonar la nave y llegar a sus domicilios.
No puedo dejar de mencionar también, que a estos cinco policías municipales les acompañaba un carro patrullero con cuatro efectivos dentro del vehículo totalmente dormidos. Cuando le pregunté a un caballero que estaba en la vereda, con un fotochet en el pecho, que parecía ser el supervisor de los municipales, la razón por la cual los miembros de la Policía Nacional, se encontraban en un profundo sueño, éste me contestó con cierto sarcasmo: «han trabajado toda la noche».
Contribuyó a esta actitud, destacable por cierto, el hecho que dos policías, bajaron al puerto y subieron a las motonaves en actitud de vigilancia, labor que nunca se ha visto. Todo esto produce cierta tranquilidad entre los pasajeros que llegan a altas horas de la madrugada de los diferentes pueblos de nuestra región. Estas acciones nos hace pensar que está funcionando el tema de la Seguridad Ciudadana, que por supuesto debemos agradecer sinceramente a nuestras autoridades municipales y policiales.
En épocas anteriores, esta zona sin vigilancia, era tierra de nadie y los rateros, escaperos, arrebatadores, etc, hacían lo que les venía en gana y hasta entre ellos, se disputaban el dominio de la zona, y los pobres e indefensos pasajeros eran presa de estos miserables. Pues que con esta acción, esto se  acabó.  Los pasajeros que subimos y bajamos, podemos hacerlo con toda tranquilidad. Más de un pasajero en época pasada tuvo una experiencia desagradable.
Sin embargo, esta situación no está totalmente saneada. ¿Sabe por qué? Porque entre las motonaves que llegan y la calle o pista, hay una distancia como de 80 metros,  que tiene que subir el pasajero para llegar a la cima. Y no es nada fácil hacer esta proeza, sobre todo cuando sube con su equipaje, pues solamente hay una escalera de madera sin pasamanos como de quince metros, el resto es tierra, pendiente peligrosa, que cuando el pasajero tiene que subir o bajar, tiene que buscar dónde pisar tierra firme para seguir avanzando. Y más peligroso se vuelve cuando llueve, la tierra se vuelve resbalosa y subir es un sacrificio. Las personas discapacitadas tienen que buscar quién las cargue. Hasta la fecha, muchas personas de avanzada edad han resbalado y han sufrido serios daños. Una verdadera vía crucis.
Tal vez esta experiencia no hayan soportado aquellos que tienen suficiente dinero,  pues éstos suelen viajar en los llamados rápidos.  Las motonaves sólo  utilizan la gente humilde, de escasa situación económica, que  muchas veces no tiene para pagar la suma de 25 soles por templar su hamaca.
Por tal razón, es de inexcusable urgencia,  la construcción de un mini muelle  o embarcadero flotante. Hay que mirar las necesidades reales de la población, antes de promover megaproyectos de grandes inversiones,  tan sólo con la idea de perennizar vanidosamente el nombre del que los mandó construir, que muchas veces no son de urgente necesidad.