Ante las altas temperaturas que tenemos en esta época, aunque nos sorprenden también días y horas de bajas en el clima al punto que tenemos que recurrir a abrigos, digamos cosas del cambio climático, pero las playas y su servicio fresco están disponibles.
Las aguas de los ríos Nanay, Momón, Itaya, Amazonas, y otros se muestras disponibles a través de las playas que han reaparecido como un regalo de la naturaleza y en el cumplimiento de un ciclo anual que tiene su propia dinámica con cuanto a los seres de su entorno como las taricayas que salen a poner sus huevos.
Esto por supuesto que no ocurre en las playas muy concurridas porque estos animales huyen también de los espacios así, y lo que nos trae también es una buena cantidad de pescados de la temporada, lo que complementa los ratos de recreación con los ahumados y sus respectivos tacachos o plátanos asados.
Toda esta belleza natural es parte de nuestra vida desde muchos años atrás, tanto en las riberas de Iquitos, como en toda la región Loreto, sin embargo, es importante saber en qué situación se encuentran las aguas en donde las playas aparecen.
Particularmente en Iquitos, tendríamos que saber los resultados de los análisis de las aguas que cubren las playas, principalmente las que se ubican a orillas del río Nanay, debido a la alta presencia de las dragas que realizan minería ilegal con químicos que la están contaminando.
La preocupación que se expresa a través de especialistas e instituciones, debe ir más allá, e informarnos de la realidad en cuanto a los niveles de contaminación, o en su efecto que todavía no están afectadas en grados que puedan afectar a los bañistas. Estamos en el deber de recordarlo sin ánimo de ser “aguafiestas” del verano amazónico. Es importante prevenir consecuencias.