Quema de muñecos: contaminación para nuestro medio ambiente

-Mientras que en otras regiones y distritos de la capital se  prohíbe la quema y hasta colocan multa

Se habla tanto del cambio climático, se sabe que la quema indiscriminada de materiales son tóxicos para nuestro medio ambiente, se ve el cambio brusco que se presenta en nuestro planeta, sabemos que debemos preservarlo, pero no muchos han tomado conciencia de esto. Pareciera que nuestra Amazonía estaría destinado a sufrir siempre «gracias» a la mano del «hombre».

El Minam hizo exhortaciones para evitar la quema de muñecos para este fin de año, pues así podemos evitar problemas a la salud por contaminación del aire al producirse monóxido de carbono y otros gases tóxicos, así como al sistema auditivo por el ruido de los pirotécnicos

Un ciudadano responsable evalúa los impactos que sus decisiones generan en las personas y en su entorno, pero la imagen fue otra ayer, toda la madrugada hasta la mañana se pudo ver con una espesa niebla que más que todo era el humo por la quema de muñecos y juegos pirotécnicos.

Muchas familias acostumbran elaborar estos muñecos con ropa vieja, cartón o papel, rellenos de paja o aserrín, y pirotécnicos para ser quemados a la medianoche del 31 de diciembre como una forma de despedir el año que acaba y recibir  el  nuevo, sin embargo esta costumbre, que a primera vista parece inofensivo, afecta a la salud de las personas, contamina el ambiente y puede ocasionar accidentes.

La quema de muñecos genera grandes cantidades de monóxido de carbono y otros gases tóxicos, como los hidrocarburos, debido a la combustión de materiales inflamables, los cuales degradan la calidad del aire de las ciudades, provocando así problemas respiratorios, agravando reacciones inflamatorias en personas con asma y bronquitis crónica, así como reacciones alérgicas en la piel y afectaciones al sistema inmunológico, sobre todo en niños y ancianos.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el humo y las toxinas que se quedan en el ambiente son tan pequeños que no pueden ser filtradas por el organismo, y contiene  sustancias cancerígenas, llamadas dioxinas, que afectan al ser humano, pero también a las mascotas y las plantas. Además, se pueden dañar las áreas verdes, afectar las veredas y pistas; y hasta las viviendas cercanas al producirse un incendio.

Por otro lado, los fuegos artificiales además de pólvora para conseguir los distintos efectos y colores, contienen mezclas con múltiples compuestos químicos como bario, estroncio, sodio, aluminio, antimonio, etc., estas concentraciones químicas de polvos finos y de compuestos colorantes metálicos pueden permanecer en el ambiente e incluso en el agua a lo largo de todo el país durante meses o incluso años.

Asimismo, el ruido de los fuegos artificiales representan una potencial amenaza a nuestro sistema auditivo pues su detonación a corta distancia puede alcanzar intensidades de alrededor de los 125 decibelios (Db) y según la OMS todo ruido superior a 85 Db puede provocar algún tipo de trauma acústico.

Mientras que en Iquitos,  pulmón de casi todo un planeta, esto ocurre, en otras parte de nuestro país como la región de San Martín en Moyobamba se prohíbe la quema de muñecos y se han formado brigadas de cuidado al medio ambiente, igual se puede apreciar en distritos de la capital hasta donde ponen multa a aquellos que queman muñecos, ¿y en Iquitos cuándo ocurrirá eso? (MIPR)