¿Personalismo y propietarios?

Dos características con la que cargamos los pobladores de Loreto. Uno es el pernicioso personalismo con el que se gobierna a nuestros pueblos y el otro, que luego de elegir a la autoridad pareciera que se eligiera al propietario temporal del distrito, de la provincia o de la región.
Las autoridades tienen una percepción equivocada del límite de sus competencias y no existe un Plan Guía de Desarrollo a corto, largo y mediano plazo, que la otra autoridad o gestión que ingrese debe continuar, porque se enmarca en objetivos de beneficio en general a la comunidad y no de grupos.
Entonces caen en la tentación y es «un secreto a voces» que los fondos públicos se direccionarían legalmente en ese sentido, para beneficio de unos cuantos o para el interés de cierto sector y no para el interés general, que garantice un desarrollo sostenible en el tiempo. Nos falta ser ciudadanos comprometidos con lo que beneficia a todos y todas. Es una de las reglas de oro de los países desarrollados.
Justamente el personalismo y la percepción de propiedad en las gestiones, sean elegidas por voto popular o por designaciones, viene afectando al crecimiento de la ciudad y la región.
Se avecinan los procesos electorales para municipalidades y gobierno regional y se espera que sea una contienda alturada, de ideas, de propuestas dirigidas a mejorar la calidad de vida de las poblaciones, comenzando de las más alejadas de nuestra querida región Loreto. ¿Será mucho pedir?  Abrigamos la esperanza de que no.