Mirada desde adentro

Cuando no te contagiaste de la enfermedad del Covid-19 ni en la primera, ni en la segunda ola, es decir, que no te ha dado nunca, piensas que con todas las medidas preventivas que utilizas estas a salvo en un 99% y la esperanza de no contagiarte, es como música para los oídos.
Pero, nada, nos tocó el turno y el padecimiento con los más de ocho días de fiebres con bajas y altas, tos, dolor de garganta, malestar general y dolor de las articulaciones del cuerpo, desgano, un poco de dolor de cabeza, no poder bañarse como se quisiera, en fin, nos atrapó y hay que darle batalla.
De todo lo que más intriga es la incertidumbre tras medirse la temperatura y la saturación de oxígeno en cada paciente. Ahí estamos haciéndonos las mediciones. Y de pronto la fiebre desaparece un día y dos días, pero no, no se debe cantar victoria, vuelve a reaparecer. Ahora vamos hacia los diez días para una evaluación más certera.
Esa sensación febril en el cuerpo es una de las principales incomodidades. A todos nos da en tiempo y síntomas parecidos, pero también diferentes. Por eso desde este estado, desde dentro de la cuarentena por Covid-19, nos hemos animado a decirles que urgente cambien los estilos de vida con comidas saludables, verduras, frutas de la estación, pescado y bastante líquidos calientitos, tibiecitos.
Es lo que ya desde hace unos años veníamos haciendo, antes de la presencia de esta pandemia, es por ello que quizás nos esté atacando de manera moderada, pero no está dicha la última palabra, queda solo seguir con las prescripciones médicas y cuidémonos, para así cuidar a nuestros seres más queridos del entorno del hogar.
Cuando vemos imágenes de la calle de gente como si nada pasara, invocamos pronta reacción antes que sea demasiado tarde, por lo menos esforzarse para no recibir fuerte carga viral tomando el distanciamiento social. Somos seres humanos y humanas que nos valoramos y queremos, por ello un poco más de esfuerzos, de disciplina, en la lucha contra la pandemia.