Estamos convencidos que todas las etapas de la vida tienen su encanto, siempre y cuando el contexto social lo reconozca, respete, valore y solidarice, como cuando en nuestros primeros años de vida necesitamos ese respaldo que nos encumbre para ir aprendiendo a prepararnos para la vida.
Sucede que ese prepararnos para la vida, solo considera hasta la etapa de la adultez, y se olvida de la etapa en la que, sin ser niños ni niñas, volvemos a esa vulnerabilidad física y emocional, si es que llegamos a superar los sesenta años, que, de acuerdo al promedio de vida en nuestro país, ya es bastante.
Por estas razones, es que un programa enfocada en las personas muy adultas y para un público en general, nos abre la esperanza de que en la televisión privada comercial pueden darse importantes modificaciones, para que se vaya desterrando la denominación “basura”, en rechazo a programas con contenidos que degradan la condición humana directa o indirectamente.
Este programa concurso de canto que culminó anoche no será lo máximo en contenido para programas donde el adulto y adulto mayor es el protagonista, pero son pasos importantes, reiteramos, para redescubrirnos como una teleaudiencia que si quisiera sería más exigente, pero, es un proceso.
Algo importante también es el mostrar el talento de las personas de avanza edad y ver que es posible ponerlos en la vitrina del arte y la cultura. Son muchos los talentos que se tendría que ubicar para el bienestar de un segmento de la población regional, nacional y mundial que merece ser también protagonista y no arrinconada, como si “ya fueron” en las actividades sociales de la vida.
La vida tiene mucho que ofrecer en todas las etapas de la existencia, por lo que los presupuestos estatales y privados para el capital humano, debe incluirlos como una inversión y no como una dádiva, porque hasta cerrar los ojos del mundo todos y todas tenemos algo positivo qué ofrecer.
Es necesario también que, en esa preparación para la vida, también se incluya la preparación para la despedida física, para aprender a dejar toda documentación en orden, ataúd, nicho, tipo de ceremonia fúnebre, testamento, etc, etc. Todo en orden, antes de pasar a la otra dimensión. Y es que debemos entender desde siempre que la vida es tan natural como la muerte. Disfrutemos todas las etapas de la vida.
La voz senior
