En jaque mate

Se acerca el día del examen a los 112 decretos legislativos emitidos por el Poder Ejecutivo, al amparo de las facultades otorgadas por el Congreso de la República y que a decir del titular de la Presidencia del Consejo de Ministros, Fernando Zavala, serán parte de las herramientas necesarias para lograr un Perú mejor, donde la mirada sea brindar las oportunidades en igualdad de condiciones.

Estas condiciones tendrán que cimentarse con los decretos ley que apuntan a dar más seguridad, luchar contra los corruptos, acceso al agua y simplificar la estructura burocrática. “Pedimos facultades en los temas que necesitábamos para avanzar. Hoy nos sentimos con las herramientas necesarias para lograr un Perú mejor”.

No faltó el agradecimiento de su parte al Congreso de la República, igual al Consejo de Ministros, por lograr estos decretos legislativos. Sin embargo, todo no está dicho. Se han deslizado voces de la mayoría parlamentaria (fujimorista), que rechazarán los decretos que contravengan a la Constitución Política del Perú. Esto por cierto deja en una situación de “jaque mate” a los dispositivos legales referidos.

Seguro que más de medio Perú espera que no hayan más retrocesos en la marcha de la gobernanza nacional, aunque muchos analistas dirán que no pequemos de ingenuos, porque ello se seguirá presentando, dado las evidentes contradicciones que lo que se dice querer hacer, pero que al final no se dejaría hacer desde el poderío político que tiene Fuerza Popular en el Congreso, porque existiría mucho interés en bloquear medidas anticorrupción.

Este viernes cuando pase el examen los decretos legislativos, podremos tener ya muy claro qué le puede deparar al país en los próximos meses en materia de gobernabilidad, puesto que podría pasar a ubicarse en una postura más cercana a la ingobernabilidad o a una cómoda cogobernabilidad. Bueno son situaciones a las que nos lleva el sistema del procedimiento electoral democrático, que buscando equilibrio nos lleva en la coyuntura actual, a un desbalance en el poder hacer las cosas, por parte de quien tiene la jerarquía en la estructura política. Así las cosas, se confirma que ningún sistema es perfecto.