Las criptomonedas están avanzando en el mundo, con cada vez más personas adoptando estos activos para generar ingresos y brindarle oportunidades a las alternativas financieras. Aunque algunos gobiernos del mundo ya estudien la implementación de estos activos, lo cierto es que todavía quedaría un largo camino por delante para su masificación.
Y esta masificación se compromete cada vez más de la mano de distintos organismos internacionales que desafían la creencia de que estos activos pueden traer beneficios reales a la economía mundial. Esto se vio más recientemente de la mano del Grupo de los Veinte (G20), que advirtió sobre los daños que podría sufrir el sistema financiero mundial.
Peligro de desestabilización
Para el grupo, el primer peligro que existe al incluir las criptomonedas en el sistema financiero tradicional viene de la mano de la interconexión entre mercados, ya que los activos virtuales serían significativamente más volátiles que los tradicionales, incrementando las posibilidades de que una caída desestabilice la economía mundial.
Este es un riesgo que ya ha mostrado matices en los últimos años, más recientemente en el mes de enero, cuando la caída en los precios de todas las criptomonedas trajo consigo una caída en el valor de las principales bolsas de valores del planeta. Aunque la interconexión sea limitada, la masificación de los activos puede hacer que ambos mercados se transformen a la par.
Si bien la volatilidad es el principal atractivo de estas «monedas», siendo posible ganar dinero tanto a través del incremento en el valor (con la compra y venta de activos), como mediante su caída (utilizando contratos por diferencia como los de Bitcoin trader, o haciendo short selling), lo cierto es que esto sería un peligro en mercados esenciales como el de los alimentos, medicina, energía, entre otros.
La falta de regulaciones
Del mismo modo, el grupo afirma que la falta de regulaciones en el mundo hace que cada vez surjan más servicios que operan al margen de la ley, lo que representa una amenaza importante para las finanzas personales de la población, pero también para la estabilidad de los negocios que invierten en estos activos.
Debido a que estos activos ni siquiera están lo suficientemente desarrollados como para determinar su potencial exacto, su implementación en el sistema financiero tradicional puede hacer que sea más difícil monitorear el crecimiento de los mercados.
Todo esto se traduce en una mayor probabilidad de presentar una concentración de riesgos que ponga en peligro la estabilidad de las finanzas de la nación, al mismo tiempo que incentiva el desarrollo de actividades ilícitas que utilicen estos activos como el núcleo de sus esquemas delictivos.
Debilidades del ecosistema cripto
Por último, el grupo advierte sobre las debilidades del ecosistema cripto que, a pesar de ser mucho más moderno que el sistema financiero tradicional, tiene tantas debilidades como este. La volatilidad, nuevamente, tendría el potencial de crear desajustes de liquidez, así como riesgos crediticios y operativos en el caso de instituciones que hayan integrado estos activos.
El simple hecho de que tan solo un par de plataformas concentren la mayor parte de las criptomonedas emitidas y fondos generados a través de estos activos, el surgimiento de grandes capitales con el poder de manipular el mercado a su antojo, y la opacidad alrededor de los activos, representa entonces un gran peligro para sistemas financieros que se anclen a estas tecnologías.
Si bien cada vez más personas sienten atracción a estos activos gracias a su capacidad de generar grandes retornos, la realidad es que el mercado de las criptomonedas seguiría sumamente limitado a la hora de ser adoptado masivamente.